La pandemia global  desnudó las desigualdades sociales y económicas

Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas,

Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”…

El mes de julio nos ha entregado varios informes con insumos preocupantes para pensar la crisis que ya se nos cargó e imaginar el mundo pos pandemia; pero a la vez, manifiesta un escenario desafiante para cualquier institución que quiera incidir en esta plataforma mundial, llámese inclusive iglesia católica.

Uno de estos informes es de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que titulan “Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones”.

El resultado de esta crisis producida por la pandemia será que en este año 45 millones de latinoamericanos van a incrementar las estadísticas de pobreza, pasando de 185 millones a 231 millones; al mismo tiempo, la pobreza extrema se incrementará a 28 millones de personas.

Como posible solución paliativa a esta crisis económica, sobre todo social, la Cepal  propone tres líneas de acción: 1.- Un ingreso básico de emergencia como instrumento de protección social, enfocado a las personas en situación de pobreza con el objetivo de sostener el consumo; 2.-  Un bono contra el hambre para personas en situación de extrema pobreza que complemente el anterior, y 3.- Apoyo a las empresas para que no se pierdan empleos. Hace énfasis en que América Latina va a ser la región del planeta con la contracción económica mas grande y la recuperación más lenta. En 12 meses vamos a retroceder 15 años en todo lo avanzado en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

Otro es de la Confederación de Organizaciones No Gubernamentales (Oxfam), que tiene un título significativo: ¿Quién paga la cuenta? Grabar la riqueza para enfrentar la crisis en América Latina y el Caribe.

La región va a terminar en 2020 con más de 40 millones de nuevos desempleados y más de 50 millones de nuevos pobres; pero desde que comenzó la pandemia tenemos 8 mil nuevos millonarios en América Latina y su riqueza ha crecido desde marzo en 17%, equivalente a 48 mil 200 millones de dólares. Oxfam sintetiza así su pensamiento: “Es momento de que quienes concentran la riqueza, quienes han tenido grandes beneficios durante estas últimas décadas y las grandes empresas que están generando importantes ganancias en medio de la crisis, contribuyan mucho más al esfuerzo de todos y todas”. Además, recordemos que las pandemias duran décadas, no años ni meses.

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