Domingo 19 de abril de 2020…
Aparece en el evangelio de San Juan, las 2 apariciones de Cristo resucitado, el mismo día de la resurrección; y el domingo siguiente, primero sin santo Tomas y la segunda con santo Tomas, llamado el gemelo o el cuate.
En ambas ocasiones, Cristo manda a los apóstoles a predicar y bautizar por todo el mundo, así como Dios padre me mandó, así los mando yo.
Cristo les da poder de perdonar los pecados y es necesario la confesión de los pecadores al oído de los sacerdotes y no como dicen los protestantes y uno que otro católico, que se hace pendejo diciendo: “yo me confieso solo”. Dios todo lo puede y no necesito más que un acto de fe. Eso es falso, lo decía Martin Lutero y ya lo había condenado San Judas Tadeo en contra de los sacerdotes “gnósticos”, allá por el año 60 de la era cristiana y decía: quienes no hagan obras buenas, se van a condenar, no basta la fe.
También dijo una “buena, Bien aventuranza”. Tomas, tú crees por haber visto, “dichosos los que creen sin haber visto”, a propósito de su confesión al ver a Cristo resucitado, que dijo: “Dios mío y señor mío”. Porque es mejor creer sin ver, viendo como San Pedro, San Juan y la Magdalena, creer es bueno; pero es mejor como nosotros que creemos y amamos a Cristo sin haberlo visto.
Los apóstoles estaban escondidos en el cenáculo por miedo, sobre todo por la amenaza de los sumos sacerdotes de matarlos si se robaban el cuerpo de Cristo. Sin querer los sumos sacerdotes, creían en la resurrección al grado de mandar cuidar el santo sepulcro y de nada sirvió porque los soldados romanos se miaron y se cagaron porque hasta se desmayaron y temerosos que los fueran a matar, por dejar ir al preso aunque ya estuviera muerto según la ley romana, pero al contrario les dieron una mordida (dinero) para que dijeran que los apóstoles se habían robado el cadáver mientras se dormían.
Los masones no creen en la resurrección, pero gastan millones en libros, estatuas y placas conmemorativas de Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, ¿por fin?.
Comentario y sugerencia:
Dios quiere la vida y teniendo dos hermanos médicos y muchos otros conocidos y otros tantos químicos laboratoristas, me di a la tarea de investigar remedios para el coronavirus: 4 veces al día hacer gárgaras de media cucharada de sal, o carbonato o un chorrito de astringosol o lincocin en medio vaso de agua tibia, ya que el virus anida 5 días en la garganta. Si el virus ya está en los pulmones: respirar 4 días el vapor de un recipiente con 3 hojas de eucalipto y una ramita de ciprés.
¡Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas invita a fortalecer la fe entre los católicos
Alfredo Gallegos también exhorta a realizar obras buenas en la vida