Domingo 06 de septiembre de 2020.
Aparece en el evangelio el tema de la corrección y el tema de la oración. Para mí es muy difícil compaginar el tema del perdón con el tema de la justicia de Dios, por una parte nos dice Cristo: “hay que perdonar hasta 70 veces; al que no perdona, no se le perdonará sus pecados”, como aparece en la oración del padre nuestro; y por otra parte, nos dice que “al final de los tiempos mi padre vendrá y le dará a cada quien su merecido, premiar al justo y castigar al malvado”.
Ejemplos los tenemos por montones cada vez que hacia milagros Cristo, primero les decía: te quedan perdonados tus pecados, y enseguida hacía el milagro, las prostitutas que encontraban en adulterio, la que le derramó un perfume que al precio actual valdría más de cien mil pesos, aunque ninguna de esas era María la Magdalena como sale en películas, escritos y chistes, porque ella era santa, estuvo al pie de la cruz, le había sacado 7 demonios y fue a quien primero se apareció resucitado.
San Mateo que dejó de ser publicano ladrón y dejó la mesa del dinero, San Pablo que primero fue persecutor de la iglesia y al mismo San Pedro que lo había traicionado luego recibió el poder de perdonar los pecados y también los apóstoles, y ahora quienes reciben la orden sacerdotal y desde luego quienes están con el sumo pontífice, porque a algunos se les retira ese poder por abusivos.
Entre los discípulos de Cristo muchas veces hay abusos de autoridad, celos, exceso de protagonismo y se tiene que corregir e imperar el amor y la caridad. No hay cristianos de primera y de segunda, no hay más que un Dios y un bautismo, y la convivencia de la comunidad en la caridad es lo que distingue al católico. Las conversaciones no son instantáneas, son fruto de mucha oración y de muy buenos deseos de hacer lo que a Dios más agrada.
A Dios nadie le trabaja gratis, siempre nos da una gran recompensa. Cristo repetía a los fariseos que lo criticaban: “no tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos, “no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. Cristo no quiere el perdón por el perdón simplemente, debe ser movido por el amor, como cuando criticó a la pecadora que le derramo el perfume carísimo. “Un prestamista le perdonó a un deudor mil pesos y a otro $50,000 pesos ¿Cuál de los dos debe de amar más al prestamista Simón? No solo debemos pedir perdón, debemos de agradecer con amor ese perdón.
San Mateo dejó la mesa del dinero que robaba, dio la mitad de sus bienes, el perdón no es gratuito, debemos dar algo a cambio y cambiar de camino malo por bueno. Hace mucha falta la oración tanto personal como comunitaria.
Decían que cerrara la iglesia, que no era prioritaria como la comida y la medicina y les contesté: si Dios quiere, te alivias del coronavirus y si no, aunque te tragues un tráiler de medicina, te mueres.
Comentario de buen humor:
Me habla mucha gente a mi teléfono 44 33768846 para que los cure de cáncer y una señora me dijo: Padre ¿qué remedio me da para mi hijo?, lo tuve en colegios católicos y se hizo ateo en la universidad y lo han dejado ya tres mujeres.
Hija, no hay medicina para lo buey.
Padre me llamo Sevelinda Parada.
Y también sentada, hija.
¡Que Dios los bendiga!.
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El Padre Pistolas pide dejar el camino del mal y seguir el del bien