Hidalgo, el “Generalísimo”: Una semblanza a 266 años del Natalicio

Gerardo Argueta Saucedo,

Director General del Periódico “El Ciudadano”

 Hace 266 años nació en Corralejo, en lo que hoy es parte del municipio de Pénjamo, Guanajuato, don Miguel Hidalgo y Costilla. Fue un 8 de mayo de 1753, recibiendo el nombre de: Miguel Gregorio Antonio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor. Es el segundo de 4 hijos del matrimonio formado por Cristóbal Hidalgo y Costilla y de Ana María Gallaga.

Un perfil de la vida y la obra del “Padre de la Patria”, nos revela que a los 12 años de edad –en 1765-, ingresó al Colegio de San Nicolás Obispo, en Valladolid, Michoacán, hoy Morelia, en compañía de su hermano José Joaquín. En el Colegio se graduó como bachiller en filosofía y estudió a autores clásicos como Ovidio, San Jerónimo y Virgilio. Fue catedrático de Teología y Derecho y sus condiscípulos lo apodaron “El Zorro” por su habilidad intelectual. Leyó a Moliére y de sus obras promovió jornadas teatrales. Hidalgo hablaba el otomí y el purépecha, entre otros dialectos. En el Colegio de San Nicolás llegó a ser Rector y al dejar la institución, pasó al curato de Colima y después a los de San Felipe y Dolores en la Intendencia de Santa Fe de Guanajuato. A Dolores llegó tras la muerte de su hermano José Joaquín, en 1803.

Desde Dolores, el Cura Hidalgo inició la lucha libertaria en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, luego de ser descubierta la conspiración de Querétaro en contra del Gobierno Virreinal, el cual estaba vigente en nuestro territorio desde 1521. En Atotonilco tomó un estandarte con la imagen de la Virgen de Guadalupe y en Celaya se autoproclamó Capitán General. Junto con el pueblo que lo seguía, tomó el edificio de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato el 28 de septiembre y el 17 de octubre, ingresó pacíficamente a Valladolid. El 22 de octubre de 1810 en Acámbaro, recibió el grado de “GENERALÍSIMO DE AMÉRICA” por la cúpula del Ejército Insurgente, reunida en Consejo Militar.

Tras ganarlo todo en los primeros meses de la lucha armada, el Ejército Insurgente enfrentó derrotas como las de Aculco y el Puente de Calderón. Por ello, Ignacio Allende exigió a Hidalgo entregar el grado de “Generalísimo” el 25 de enero de 1811, en la hacienda de Pabellón. A partir de ese momento, Allende fue el responsable político y militar del movimiento insurgente. El 21 de marzo en Acatita de Baján, los libertadores fueron traicionados y hechos prisioneros. Hidalgo es trasladado a Chihuahua en donde es juzgado militar y eclesiásticamente y fusilado el 30 de julio de 1811. Tenía 58 años de edad.

Sin embargo, el proyecto de libertad no ‘murió’ con Hidalgo, pues en el sur de la Nueva España ya estaba en pie de lucha don José María Morelos y Pavón, quien lo encabezó hasta 1815. A la muerte del caudillo, otros retomaron el plan de la Independencia hasta 1820 como Guadalupe Victoria, Francisco Javier Mina, Andrés Quintana y Leona Vicario y entre 1820 y 1821, Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero acordaron consumar el movimiento armado, el que se logra el 27 de septiembre de éste último año. Es así como el ideal de independencia, soberanía y autodeterminación de Hidalgo logró materializarse y surgiría entonces, una nueva nación.

 El itinerario insurgente

En el itinerario insurgente de Hidalgo, es de resaltarse que entre 1810 y 1811, correspondiente a la primera etapa del movimiento independentista, se registran cuatro fases. Abarcan desde el 16 de septiembre de 1810 en Dolores hasta el fusilamiento del héroe en Chihuahua, el 30 de julio de 1811:

La 1ª fase es de triunfo entre Dolores y el Monte de Las Cruces, con 45 días;

La 2ª es de derrotas: Entre Aculco, el Puente de Calderón y Guadalajara;

La 3ª fase es la de la búsqueda de apoyo a la insurgencia por medio del Gobierno de los Estados Unidos de América, entre la Batalla del Puente de Calderón y Acatita de Baján, y

La 4ª, la de la detención y el fusilamiento entre Acatita de Baján y Chihuahua.

El resultado del itinerario de Hidalgo revela que entre Dolores y Chihuahua hubo casi 10 meses y medio, esto es, menos de 200 días; que visitó más de 60 comunidades y expidió también más de 60 documentos de toda índole. El 13 de diciembre de 1810, la Administración de Estados Unidos reconoció al Movimiento Insurgente y hubo un Gobierno Provisional en la Nueva España, paralelo al Virreinal. La fase de este Gobierno duró hasta el 25 de enero de 1811 cuando Hidalgo es el Jefe de un Estado en proceso de formación, o mejor aún, el de un Estado con un “Cura Generalísimo”, único en su tipo a nivel mundial.

Ya consumada la Independencia Nacional y con fecha del 19 de julio de 1823, el Congreso Mexicano declaró “Beneméritos de la Patria” en “Grado Heroico” a Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez. Hoy en día, en México existe el Estado de Hidalgo en memoria del héroe y la localidad de Dolores, en el Estado de Guanajuato, tiene el título de “Cuna de la Independencia Nacional”. Los restos mortales del “Generalísimo de América” reposan en la cripta de la columna del Ángel de la Independencia en la Ciudad de México.

La vida y la obra de Hidalgo, vista en esta breve semblanza, nos indica que su legado está vigente, pues ¡tenemos patria y libertad!. Una patria, que vislumbra nuevas perspectivas de desarrollo humano y social en el escenario del mundo globalizado del siglo XXI.

A 266 años del Natalicio del Héroe, bien lo recordamos con orgullo y con emoción, decimos: ¡Viva Hidalgo!, el “Generalísimo de América”.

Hidalgo, un sacerdote ilustrado de su época  

El legado del “Generalísimo” es el de patria y libertad