Domingo 21 de junio de 2020…
En San Mateo aparece un exhorto, una invitación a despojarse del miedo. Efectivamente Cristo manda a sus discípulos a predicar y hacer curaciones y milagros como ovejas en medio de lobos.
La doctrina de Cristo es rechazada por muchas personas.
- Adulterios
- Mentirosos
- Borrachos
- Despiadados que nunca van a misa
- Incrédulos que no creen en la eucaristía
- Asesinos
- Sabiondos, creen saberlo todo y desprecian a los sacerdotes y demás predicadores, lo hicieron con Cristo que no lo hagan con nosotros.
Tenemos que predicar sin miedo, habrá quien nos calle, matándonos, pero la verdad, tarde o temprano sale a relucir y no hay quien la calle, no hay nada oculto que no salga a la luz. Nuestro Padre Eterno nos va a acompañar todo el tiempo para orientarnos en la predicación y sobre todo para hacer milagros y curar a los enfermos.
Si nos llegan a matar, pasaremos de la vida temporal a la vida eterna, para mí no cuenta la muerte, además Cristo nos dará una vida plena, llena de felicidad.
Al profeta Jeremías le toco el destierro de Babilonia y la destrucción, segunda de Jerusalén en el año 586 antes de Cristo, predicaba la destrucción de Jerusalén por su mal comportamiento y antes de convertirse querían matarlo, le decían “El profeta de las desgracias”. Muere mártir en Egipto pero su mensaje perdura por los siglos.
Yo hablo de una manera cruda y llana y siempre he tenido problemas de rechazo, tanto en los sermones de la misa como en la vida, en la calle, en las sobremesas y nunca me desanimo ni me dejo amedrentar con las amenazas de que me calle. Cristo nos anima comparándonos con un pajarillo que no vale ni siquiera una moneda, no cae en las manos del cazador si no quiere Dios y nosotros valemos más que un pajarillo. “Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros?, al fin de cuentas el vencedor será siempre Dios. Lo que vence al miedo es el saberse protegidos por Dios.
Ante el sufrimiento de los justos como Jeremías y los apóstoles, hagamos esta reflexión: los generales en las guerras mandan a sus mejores soldados a donde hay más peligro, no mandan a los cobardes, ni a los más tarugos, para qué? Hay más garantías de vencer en la guerra.
Cristo sufrió mucho y nosotros queremos estar con él y que él esté con nosotros, pero sin sufrimientos, ¿cómo está eso? Nos presentan en el seminario una vida de sacerdote comodina, con autos nuevos, una gran casa, con cuentas bancarias para irnos a pasear a las playas y a Europa, en parroquias ricas, rodeados de familias lisonjeras y generosas, pero esos ni son profetas, ni convencen a nadie y terminan en el desprecio de esa misma gente, solo los utilizan.
Un ejemplo de la falta de dignidad humana está en el comercio de la prostitución, por afán de dinero, lo mismo la fabricación, comercio y uso de armas por los sicarios y no les importa la muerte de los demás.
Comentario de buen humor:
Se duermen dos borrachitos en literas y el de arriba reza así: “Con Dios me acuesto con Dios me levanto, con la virgen María y con el Espíritu Santo”.
En eso se cae la litera y el borracho de abajo, enojado, reclama:
¡Ves! ¡Eso te pasa por dormir con tanta gente!.
¡QUE DIOS LOS BENDIGA!.
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