Reflexión Dominical del Padre Pistolas, DIOS PERDONA, PERO HACE JUSTICIA

Alfredo Gallegos Lara

Domingo 15 de septiembre de 2019

En San Lucas aparece el tema de la gran misericordia de Dios, del poder infinito de Dios de perdonar a los pecadores y se nos presentan tres parábolas de Cristo: la oveja perdida, la moneda perdida y la del hijo prodigo o del padre amoroso.

Las tres tratan de lo mismo, a propósito de la crítica de los fariseos, (fariseo significa puro) de que Cristo busca a los pecadores, come y bebe con ellos.

En la de la oveja perdida, el pastor deja las 99 y va en busca de la oveja perdida, la encuentra, no la maltrata y regresa contento con sus amigos.

En la de la moneda, la moneda significa un día sin comer, las casas eran oscuras, solo una ventanita, por donde no cabía un ladrón, prende una lámpara, la encuentra y le comunica a sus amigas su alegría.

En la del hijo prodigo, la más completa es un “Evangelio chiquito”, les correspondía en herencia 2/3 partes al mayor de los hijos, pero este fastidiado pide su parte, se la gasta lejos con los amigos y con las malas mujeres, que además de ser malas son muy dinereras y como dice el dicho: “donde se saca y no se echa, pronto se acaba la cosecha”. Y como decimos en los grupos de alcohólicos anónimos: ya tocamos fondo, el hambre lo hace regresar a su casa y su padre lejos de regañarlo o maltratarlo, le hace una fiesta, lo viste y lo enjoya.

El hijo mayor que era peor que el menor, reclama a su padre porque quería la muerte de su hermano, representa a los hipócritas, celosos, envidiosos y ambiciosos, pero su padre le hace entender que su hermano había muerto y ha resucitado.

El hecho de que Dios nos perdone no significa que quiera más a los que pecan que a los que no pecan, hay más fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por 94 justos…, la razón es porque el justo tiene seguro la gloria, en cambio el pecador lo que tiene seguro es el infierno, por eso Cristo busca a los pecadores, los llama con la misa, la confesión, los retiros, las buenas lecturas etc. Pero desgraciadamente no entendemos, no pedimos perdón y sobre todo no nos corregimos.

El hecho de que Dios perdona al pecador, no es un cheque en blanco para que sigamos con borracheras, adulterios, robos y violencia, si no que él nos asegura el perdón si regresamos al camino del bien,  a la casa del padre.

Quien recibe con fe el perdón de Dios, tiene que perdonar a su hermano, perdonas, Dios te perdona, no perdonas, Dios no te perdona ni madre. Los sicarios también los perdona Dios, siempre que haya justicia, el perdón y la justicia van de la mano, si quieren que haya reconciliación social  y personal.

El restablecimiento de la justicia social es una tarea que compete a la autoridad. Si queremos seguridad en la sociedad, se necesita la justicia, el Dios que perdona es el mismo que hace justicia.

Comentario de buen humor:

 Se encuentran dos amigos y le dice uno al más feo: ¡qué máscara tan fea te pusiste en el carnaval!

Si no traigo máscara, le contesta..

¡Ah, no! Pues entonces ponte una.

¡Que Dios los bendiga!.

 Alfredo Gallegos pide orar a las personas pecadoras
El Padre Pistolas trabaja por los más pobres