Reflexión Dominical del Padre Pistolas, CONVIÉRTANSE, PRACTIQUEN LA JUSTICIA

Domingo 26 de enero de 2020…

Retomando el Evangelio de San Mateo, nos aparece el principio de la predicación de Cristo después de la muerte de Juan Bautista por órdenes de Herodes, que aunque no le pidió que ofreciera sacrificios a los ídolos, sí lo quiso callar cortándole la cabeza y por lo tanto murió mártir de la sangre de Cristo. Esto fue en el territorio de Galilea, de los paganos, que gozaba de mala fama de ser muy materialistas con mucha comida, muy poblado, (cien poblados) y pocos judíos desde el tiempo de Isaías cuando en ese territorio, “tierra de Zabulón y Neftalí el Rey Jereoboam”, mandó hacer dos becerros de oro como en el tiempo de Moisés. Para que no fueran al templo de Jerusalén, Dios los castigó viviendo en la oscuridad y la ignorancia hasta que Cristo les trajo una gran luz y ahí realizó la mayoría de sus milagros y predicaciones, como quien dice eran los malos.

Llamó a los primeros apóstoles a dejar de pescar y ahora pescar hombres fueron los dos grupos de hermanos: Simón llamado Pedro y su hermano Andrés, Santiago y Juan que eran pescadores en el lago de Geasaret, llamado así por parecer una arpa, eso significa Genesaret, o mar de Galilea y en tiempos de Cristo le puso el lago de Tiberiades para hacerle la barba a “Tiberio”, el emperador romano Herodes.

Su predicación era la conversión, igual que la predicación de todos los profetas y debe de ser el tema de nuestra predicación en la actualidad.

Convertirse significa cambiar de camino, del mal al camino del bien, quitarse la máscara, si les preguntáramos si tienen fe todos responderíamos que sí, porque creemos que hay Dios, cielo, infierno, etc. Pero no es cierto, los apóstoles en un principio no creían en la resurrección y nosotros si tuviéramos fe, iríamos cada 8 días a misa, no robaríamos, no nos emborracharíamos, no cometeríamos adulterios, etc. Para una conversación se necesitan 5 cosas:

1º. Examen de conciencia diario.

2º. Arrepentirse de los pecados, hay tres clases de arrepentimientos:

  1. a) Remordimiento: re-morder, morder 2 veces, como el de Judas el traidor que se ahorcó, no borra pecados.
  2. b) Contrición imperfecta, por miedo a los castigos, sí borra los pecados pero si la persona se confiesa.
  3. c) Contrición perfecta: un dolor de haber ofendido a Dios, tan bueno como la del Rey David.

3º. Propósito de enmienda: Empezar a ser mejor.

4º. Confesarse o reconocer los pecados cometidos.

5º. Ofrecer alguna penitencia, algo que nos duela y cueste trabajo por los pecados cometidos.

Es por eso, que para esta semana, digo: conviértanse, practiquen la justicia.

 

Comentario de buen humor:

Invitan a comer al Padre Pistolas a un restaurante, un matrimonio.

La señora pide varios platillos, pero que no tenga picante, no le gusta.

El padre, le dice: señora, ahora comprendo por qué se casó con un viejito, no le gusta que la piquen,

¡Que Dios los bendiga!.

El Padre Pistolas pide a todos los católicos ser justos y honrados

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