REFLEXIÓN DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS.

Domingo 09 de octubre de 2022.

EL AGRADECIMIENTO, ES COSA DE REYES

Tenemos en el evangelio de San Lucas a dos extranjeros que no eran judíos, agradecidos con el profeta Eliseo (Eliseo, significa: “Dios trae las soluciones”) y con Dios por haberlos curado de lepra.

Hay cinco clases de lepra desde la más benigna, la llamada “mal del pinto”; lepra de la piel y la más grave “lepra interior”, que se caen pedazos de carne, oídos, nariz, etc. Y huelen a excremento. En 1971, el noruego Gerhard Henrik Hansen estudió el problema y ahora en lugar de lepra, que es una palabra odiosa, le llaman: morbo de Hansen. Es considerada como un durísimo castigo divino para quien había cometido graves pecados.

Nahám, después de dudar de Eliseo, termina bañándose en el rio Jordán y le insiste al profeta Eliseo en que le reciba las joyas que le regalaba y Eliseo deniega: “lo que recibes gratis, dalo gratis”, decía Cristo. La iglesia no fue creada para enriquecerse sino para servir. Los 9 judíos que no fueron a dar gracias a Cristo se creían merecedores del milagro de ser curados, por su gran orgullo, cosa que es muy común en nuestros días. Entre familiares, amigos, gobernantes y sacerdotes nos creemos merecedores de todo y somos los menos agradecidos.

El dar las gracias nos abrimos muchas puertas y grandes posibilidades de recibir regalos de la sociedad y muchas gracias de Dios. La lepra traía muchos problemas, especialmente el asilamiento. Vivir fuera de la ciudad, no andar por los caminos, gritar: “estoy enfermo”, perder la herencia, etc. Como Naamán iban a quitarlo de general.  Los milagros son estimulantes de la fe y ayudar a la conversión del enfermo: “Tu fe te ha salvado”.

La ley judaica protegía a la sociedad del contagio de la enfermedad, pero no hacía nada por el enfermo, hoy en día, la ley de la iglesia manda curar a los enfermos, poner escuelas para pobres y casas asistenciales para dar de comer a los pobres y casi nadie lo hace. Necesitamos hacer estudios para tales enfermedades, como buenos investigadores, y cambiar la sociedad para que no ignoren a los enfermos, sino curarlos con dignidad.

Comentario de buen humor:

Un muchacho galán se fue a confesar: “Padre me acuso de haber ‘fortificado’ con una mujer”. Faltaste al sexto mandamiento. Lo amonesta el sacerdote. Padre: de todos modos, es mejor que faltar al noveno.

¡Que Dios los bendiga!.

El Padre Pistolas recordó que el ser agradecidos es un don divino

Alfredo Gallegos refiere que la lepra del alma es producto de un mal social