Miguel Hidalgo y Costilla, el “Generalísimo de América”

Gerardo Argueta Saucedo, Cronista del Municipio de Acámbaro, Gto….

En Acámbaro conmemoramos hoy el 209 Aniversario del Nombramiento de don Miguel Hidalgo y Costilla como “Generalísimo de América”.

Es un hecho que tuvo verificativo el 22 de octubre de 1810, siendo parte integral de la Ruta por la Independencia Nacional. Esta celebración regional está vigente desde 1966 y a 53 años, es una de las más importantes del Estado de Guanajuato.

La fecha del 22 está ligada a la del 7 de octubre del mismo año, en virtud de la Batalla de Jaripeo-El Moral que se registró en Acámbaro, gracias a la participación de la rica hacendada doña María Catalina Gómez de Larrondo.

La crónica refiere que la valiente mujer se enteró el día 6 de octubre, al interceptar un correo, que cruzaría por Acámbaro una Comitiva de Autoridades Realistas que provenía de la Ciudad de México con rumbo a Valladolid, hoy Morelia. Es así que decide preparar la captura de los españoles con un grupo de hombres de su Hacienda de nombre “San Antonio”, mismo que lo comanda el Torero José Manuel Luna. La detención tiene verificativo -sin gran resistencia por parte de los españoles-, el día 7, en una cañada entre los poblados de Jaripeo y El Moral.

Entre la Comitiva estaba Manuel Merino y Moreno, Intendente de Michoacán; Diego Rul, Conde de la Casa Rul de Guanajuato, y Diego García Conde, Comandante de Armas de la Provincia de Michoacán, quienes tenían la misión de resguardar la plaza de Valladolid ante el levantamiento armado de Hidalgo.

Los Realistas fueron trasladados a un Mesón en el centro de Acámbaro, mientras que la población pedía la cabeza de los peninsulares. Doña María Catalina Gómez tuvo que proteger a los prisioneros y ofrecer ayuda médica, sobre todo a Manuel Merino y a Diego García Conde. Ya en la noche del día 7, Catalina Gómez le escribe a Miguel Hidalgo y cuenta lo sucedido. El Cura de Dolores quien estaba en Guanajuato, recibe la notificación el día 8 y dado que la plaza de Valladolid estaba sin resguardo político y militar, decide modificar el trazo original de la Ruta por la Independencia. Ya no iría a la Ciudad de México por Querétaro, sino por la región de Acámbaro.

Es así que Hidalgo llega a Acámbaro el día 13 de octubre. Agradece a Catalina Gómez de Larrondo su apoyo a la causa libertaria, recibe el botín de oro y plata que fue confiscado a los Realistas y prepara la toma de Valladolid. Sale hacia esa localidad el día 15. El 17, el Cura de Dolores toma pacíficamente la plaza y decide abolir la esclavitud. Retorna a Acámbaro el 19, pasando por Charo e Indaparapeo. En estas comunidades se entrevista con José María Morelos y Pavón, entonces Cura de Carácuaro, los días 19 y 20 de octubre. Morelos buscaba ser el capellán del Ejército Insurgente, pero Hidalgo –conociendo el talento y preparación del “Siervo de la Nación”-, lo nombra su “Lugarteniente” y lo Comisiona para insurreccionar el sur de la Nueva España.

Será el día 21 de octubre cuando Hidalgo ingresa de nueva cuenta a Acámbaro, en compañía del Ejército Insurgente que para entonces, ya tenía más de 80 mil hombres. De esta manera, el 22 de octubre de 1810, en la plaza principal, el Cura Hidalgo es nombrado “Generalísimo de América” por la Oficialidad de Ejército Insurgente, reunida en Consejo Militar.

Es así como Hidalgo concentra una doble función como es la de un Cura y la de un “Generalísimo”, una distinción única en la historia mundial de las naciones. Usa un uniforme militar y encabeza la re-estructuración del Ejército Insurgente al integrar 80 Regimientos de mil hombres cada uno. Divide la parte civil de la militar con el nombramiento de un Ministro de Policía y Buen Gobierno en la persona del abogado José María Chico, originario de Guanajuato capital.

En medio de estos sucesos, se realizó también una Misa con Té Deum en la iglesia de “San Francisco de Asís” y al concluir la celebración religiosa, Hidalgo ratificó los cargos expedidos a la cúpula del Ejército Insurgente y a la tropa. Aquel 22 de octubre de 1810 fue un día de gloria para el “Cura Generalísimo”.

Ya el 23 de octubre, narró lo ocurrido al emitir un comunicado al titular de la Intendencia de Guanajuato, José Francisco Gómez, en donde menciona que fue nombrado “Generalísimo”. El mismo 23, Hidalgo salió de Acámbaro con rumbo a la Ciudad de México y dejó bajo resguardo militar la plaza, a la que llamó “Cuartel General” del “Ejército Grande de América”.

Los Insurgentes irían hasta el Monte de las Cruces en donde ganarían su última Batalla, a la que se sumaban las de Guanajuato con la toma de la Alhóndiga de Granaditas y la ocupación de Valladolid. Sería el 7 de noviembre de 1810, cuando los Insurgentes pierden la Batalla de Aculco. Los prisioneros de un mes antes del 7 de octubre en Acámbaro, quedaron libres y Diego García Conde, Comandante de Armas de la Provincia de Michoacán, escribe con detalle un Diario en donde consigna todo lo ocurrido. El Realista fue uno de los testigos de lo que Hidalgo hizo y dijo en esta región del bajío.

Posteriormente, la Corona Española recuperaría la plaza de Acámbaro entre el 20 y el 27 de diciembre de 1810, siendo capturada doña María Catalina Gómez de Larrondo por el Brigadier José de la Cruz, quien estaba bajo las órdenes de Félix María Calleja. La heroína acambarense es trasladada a la Ciudad de México para ser juzgada el 22 de enero de 1811 y sentenciada a quedar confinada a una prisión. Permanece en la cárcel hasta 1821 cuando concluye la lucha armada por la Independencia Nacional y es liberada, gracias a la intervención de Diego García Conde, aquel a quien salvó de ser linchado y a quien aportó ayuda médica el 7 de octubre de 1810.

Catalina Gómez regresó a Acámbaro, pero ya sin la fortuna que poseía porque el Gobierno Virreinal le confiscó sus bienes, incluyendo la Casa de la actual calle Pino Suárez No. 78, antes llamada de “Los Campos Elíseos”, y la Hacienda de “San Antonio”. Quién nació en 1778, murió pobre en algún lugar de Acámbaro durante la década de los años 30 del siglo XIX. Su única recompensa fue quedar satisfecha con manifestar su patriotismo en la lucha por la Independencia Nacional.

Acámbaro, el lugar de la proclamación insurgente

El legado de Hidalgo al ofrendar su vida, es el de contribuir a la construcción de una patria soberana, basada en la autodeterminación y la libertad. En el siglo XXI, Acámbaro es el lugar de la proclamación del Cura Miguel Hidalgo y Costilla como “Generalísimo de América”. Gracias a ello, esta frase ya es un lema que aprobó el Ayuntamiento el pasado 29 de junio y que está incorporado a toda la papelería oficial del Gobierno municipal.

Hoy, se rinde homenaje a Hidalgo, el alumno brillante del Colegio de San Nicolás en Valladolid; a su catedrático con visión crítica y a su Rector ilustrado; pero también al Cura de Dolores y al Insurgente.

Desde el “Cuartel General” del “Ejército Grande de América” en Acámbaro -que lo sigue siendo porque asiste al evento el Ejército que es heredero de aquel que originalmente comandó el “Padre de la Patria”-, decimos con profunda emoción social: ¡Viva Hidalgo!, el “Generalísimo de América”!.

Miguel Hidalgo portó en Acámbaro un uniforme militar

El Cura de Dolores encabezó la lucha por la Independencia