Lamentable, que el PRI pida cerrar el caso Colosio*

El pasado 23 de marzo de 2019 se cumplieron 25 años del magnicidio del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta, a manos de Mario Aburto, el brazo armado del o los asesinos intelectuales que lo enviaron para cometer el cobarde acto.

Ante ello, surgieron declaraciones de todo tipo y análisis del asesinato desde diferentes ángulos y posiciones. Sin embargo, la nota central la dio Claudia Ruiz Massieu, actual líder nacional del PRI –el Partido de Colosio-, al afirmar en un acto público que no ve motivo jurídico para reabrir el caso. Y lo manifestó a raíz de la entrega de una carta de los padres de Mario Aburto al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a fin de que profundice en la investigación.

La Secretaría de Gobernación recibió la carta y al analizarla, comentó que el caso casi está cerrado. Aun así, el Presidente declaró que la investigación podría reiniciarse. Y es que quien debería retomar el tema y exigir que se reabra, es la propia Ruiz Massieu; pero no, resulta todo lo contrario.

Así, resurge la idea de que Colosio fue víctima de un crimen de Estado –muy bien orquestado-, ante su postura de democratizar al PRI y al sistema político mexicano. El o los asesinos de Colosio estaban (“tal vez”) dentro del PRI con el (seguro) apoyo de gente del Gobierno y del Estado Mayor Presidencial que cuidaba del candidato. Este último, bien sabía lo que quería para México, pues veía un país con hambre y sed de justicia. Su postura incomodó a algunos. Para Claudia Ruíz Massieu, la dirigente nacional del PRI, lo mejor ahora es hacer real el pensamiento de Colosio, pero no entiende que los dos asuntos son necesarios: llegar a la verdad y construir un México como Colosio lo veía.

A Ruíz Massieu lamentablemente, le ordenan lo que diga en un discurso, no es algo suyo. Y tal vez se lo digan, los propios asesinos de Colosio. Hoy en día, a 25 años de distancia, lo relevante es esclarecer jurídicamente el magnicidio para que el o los culpables reciban su castigo y no haya injusticia ni impunidad. Por eso, cabe preguntar: ¿A qué intereses responde la dirigente del PRI?. ¿De qué lado está?. Su declaración confirma que el PRI tuvo algo, o mucho, qué ver en el crimen. Confirma sospechas históricas. ¡Lamentable!.

 

*.- “7 Días” el ABC de la Semana,

Grupo de Comunicación y Análisis Político.

 

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