Los llamados a la calma se multiplican, en un contexto de enfrentamiento verbal entre Washington y Teherán, donde una marea humana de duelo exigió vengar al general Qasem Soleimani, asesinado por Estados Unidos con un dron en Bagdad.
Después de que el presiente estadunidense, Donald Trump, amenazara con atacar 52 sitios de Irán, su homólogo iraní, Hasan Rohani, le lanzó una advertencia en el sentido de que “no amenace nunca a la nación iraní”.
El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, al término de una reunión extraordinaria, instó a Teherán a evitar más violencia y provocaciones. Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea debían celebrar una reunión sobre la crisis de los dos países enemigos y la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, les pidió que sigan la vía de la moderación.
Por su parte, el jefe de la diplomacia francesa, Jean-Yves Le Drian, apuntó que Teherán debería renunciar a las represalias contra Washington. El clima político y social sin embargo, se enrarece y la propia diplomacia está al pendiente de lo que hagan y digan Estados Unidos e Irán.
Los Gobiernos de Washington y Teherán se agraden verbalmente
Los iraníes prometieron vengar la muerte de Qasem Soleimani