Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas, Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”…
Don Raúl Vera López, Obispo de la Diócesis de Saltillo, Coahuila, con motivo del “Año Jubilar” que está celebrando la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio en Acámbaro, Gto., estuvo de visita en esa ciudad, ahora escenario de una intensa violencia.
En su homilía, expresó a los participantes: sacerdotes religiosos, fieles laicos y autoridades de la alcaldía, que son ahora parte de Cristo Profeta, de Cristo Sacerdote y de Cristo Rey y nuestra responsabilidad es enfrentar el mal. Por eso nuestro Señor dice: “Bienaventurados los que escuchan mi palabra y la ponen en práctica” para que se restablezca la justicia entre los hombres, para que nosotros veamos las consecuencias de la desintegración social, las consecuencias de los asesinatos que no se persiguen, de las extorciones, de los secuestros y de la trata de personas. De eso, nos va a pedir cuentas Dios.
En cuanto a la preparación y realización del “Año Jubilar” que todos debemos organizar para la fiesta de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, insistió que no se trata de que nosotros, personal e individualmente, estemos purificándonos del pecado sino que también debemos purificarnos del pecado facilitado por las estructuras sociales.
Al referirse a la Virgen bajo esta popular advocación de Nuestra Señora del Refugio, tan querida por todas partes, señaló que María es figura de la Iglesia triunfante sobre el pecado; es además la mujer que sufre dolores de parto para dar a luz cada día a más personas que trabajen por la justicia. Ante la violencia, el equívoco más grande es encerrarnos todos en nuestra casa y meternos debajo de las mesas. Aquí se refirió a las autoridades de todos los niveles y al Estado mismo y añadió que hay que identificar en donde están las causas de que esto suceda. El Estado es el que debe de garantizar nuestra seguridad.
En días anteriores a nivel nacional, el Subsecretario de Derechos Humanos, Población y Emigración de la Secretaria de Gobernación, Alejandro Encinas, declaró que en el país hay 61,637 personas desaparecidas, 97% de las cuales son de 2006 a la fecha y el resto entre este año y 1964. Por otra parte, en el período global fueron denunciadas 147 mil personas como no localizadas, de las que 5 mil 103 fueron halladas muertas y 80 mil 293 vivas.
Se trata de “cifras del horror” que tienen detrás historias de mucho dolor de familias mexicanas y de migrantes, sostuvo el mismo Alejandro Encinas. Los 3 últimos años del sexenio pasado concentraron el mayor número de personas no localizadas: 19 mil 013. Ante esta realidad de violencia, el Obispo terminó con una oración a Dios: le pido a Dios que hagamos siempre una lectura del Evangelio para contestarle dentro de la realidad, dentro de la vida diaria.
Ser cristiano, ser discípulo de Jesús, ser miembro de la Iglesia, es apasionante, concluyó.
Raúl Vera pidió a la autoridad asumir su función ante el conflicto de la inseguridad
El Obispo de Saltillo estuvo en Acámbaro para iniciar el “Año Jubilar 2020-2021”