Cuestión de dignidad

Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas, Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”…

¿Por qué continúan desapareciendo en México desde hace 5 siglos las lenguas indígenas a pesar de los esfuerzos que se vienen haciendo?

El 21 de febrero terminó el año internacional de las lenguas indígenas, impulsado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a fin de sensibilizar a la opinión pública sobre los riesgos a los que se enfrentan estas lenguas y su valor como vehículos de la cultura, los sistemas de conocimiento y los modos de vida.

El Estado, en el siglo pasado, buscó desaparecerlas, después las usó como vehículos de aculturación para que los indios dejaran de serlo, después optó por el multilingüismo. Nada cambió porque las leguas seguían desapareciendo.

El 14 de agosto de 2001 se publicó la reforma constitucional sobre derechos indígenas que reconoce el derecho de los pueblos indígenas a “preservar sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan su identidad cultural”.

Dos años después se modificó la Ley General de Educación para asegurar que “los hablantes de lenguas indígenas tuvieran acceso a la educación obligatoria en su propia lengua y español, pero en las escuelas siguen enseñando con los programas del siglo pasado. Ese año también se aprobó la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, reconociendo el “derecho de todo mexicano de comunicarse en la lengua de la que sea hablante sin restricciones en el ámbito público o privado, en forma oral o escrita, en todas sus actividades sociales, económicas, políticas, culturales, religiosas y cualquiera otras”. Vana ilusión.

Para mejorar el cumplimiento de estas disposiciones, se creó el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. Algunos Estados del país fueron más allá y crearon sus propias instituciones, pero no hubo seriedad y las lenguas siguieron desapareciendo.

Ya ha pasado el año internacional de las lenguas, pero como sucedió en el año internacional de los pueblos indígenas, que a su término se decretó un decenio con el fin de que los gobiernos hicieran lo que no quisieron hacer en un año, en este también se ha decretado la década de las lenguas indígenas, que comenzará dentro de dos años. Pero las lenguas originarias continúan desapareciendo.

En días pasados, el presidente Andrés Manuel López obrador señalo que no es atraso cultural, como muchas veces se ha querido hacer creer, hablar una lengua originaria. Lo más importante de México está precisamente en su riqueza cultural.

Es poco lo que se puede esperar de las instituciones durante esa década, si el problema no se trata con seriedad y se toma en cuenta a los pueblos originarios, sus necesidades urgentes y de largo plazo poniendo en el centro el uso público de las lenguas indígenas.

Ojalá que los siguientes pasos no se vayan a dar sobre los escombros de las lenguas de los pueblos originarios.

Urge preservar las lenguas indígenas

El país ofrece una amplia variedad de lenguas