COMPARTIENDO ESPERANZA (1 de 3)

Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas,

Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”.

Características de este momento histórico de elecciones en el país. Pues estamos en un tiempo de crisis polifacética y un tiempo además cuya coyuntura nos invita a la reconstrucción.

La pandemia provocada por el COVID-19 ha producido pobreza en los sectores medios y en los más pobres, más pobreza. Por contraste en los más ricos, mucha más riqueza, han sido mayormente beneficiados. Esta pobreza de la que hablamos se ha vuelto estructural por la permanencia de la falta de trabajo a causa de los despidos masivos y cierres de fuentes de trabajo; en el otro lado, porque el sistema económico social actual los privilegia.

La presencia de esta pandemia ha tocado fondo y ha puesto a flote la profundidad de la realidad sanitaria que hunde sus raíces en épocas pasadas recientes y por eso mismo recalca sus vacíos, aparecen más evidentes.

Se pueden señalar muchas causas que produjeron esta situación, pero en general podemos afirmar por una parte, la ausencia de las masas populares en la participación del proyecto de país y por otra, la activa injerencia de grupos u organizaciones más preocupadas por el bien personal o de clase,  o ambos, que por el bien común, por una distribución más equitativa del bienestar.

La ausencia de políticas públicas como respuesta necesaria para generar paz, justicia, dignidad humana y estabilidad del tejido social ha sido otro elemento.

Entramos a un periodo electoral “distractor”; por un lado de las grandes dificultades y también de los procesos benéficos al país y “entorpecedor” de la puesta en práctica de medidas urgentes para enfrentar las necesidades. Discursos van y vienen, promesas fluyen a raudales, muchas cosas dicen pero nunca se cumplen.

Los cárteles cada día están más presentes en el proceso electoral, infundiendo miedo y ocupando cada día más amplios espacios en el país. La violencia, inseguridad y muerte continúan rondando.

Este es un tiempo también para desatar y desbocar ideologías que confunden, que dividen y hasta asustan a grandes cantidades del pueblo, que atentan contra convicciones sociales, políticas y religiosas. Son una especie de sustento de la comunidad, inhabilitando su participación social con el voto.

Pero además este tiempo que estamos viviendo los mexicanos, es un periodo especial que no podemos dejar pasar porque está lleno de retos, desafíos que debemos asumir; nos preparan para construir tiempos mejores, tiempos de esperanza. (Continuará)

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