Colosio, cordero de Salinas; ¿AMLO cordero de la mafia del poder?

José Luis Camacho Acevedo,

Colaborador del Periódico “El Ciudadano”

 

Cuando Luis Donaldo Colosio llegó a su cita fatal en Lomas Taurinas ya era un político poseedor de una candidatura presidencial muy debilitada.

El enrarecimiento que le ocasionaron desde su nominación hasta el desarrollo de su efímera campaña los silencios cifrados de Carlos Salinas de Gortari y la rebeldía permitida a Manuel Camacho Solís, lo convertía ante los medios y la opinión pública, día tras día, en un prospecto presidencial no deseado por los mismos que en su momento lo encumbraron.

El desenlace trágico del crimen proditorio perpetrado en Tijuana al político de Magdalena, Sonora, fue precedido por un aroma de conspiración que hasta la fecha no se ha podido diluir.

El General Domiro Roberto García Reyes, con su estrategia de protección al candidato conocida como formación Diamante, no fueron suficientes para evitar el asesinato de Luis Donaldo. Hoy en México aparecen amenazas de un nuevo orden en contra del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, en el caldo de cultivo creado por el combate a esa forma de corrupción y de bandidaje que es el robo de combustible, conocido popularmente como el huachicoleo.

Sin duda que un criminal tan manifiestamente sanguinario como José Antonio Yépez Ortiz, El Marro, es capaz de amenazar al Presidente con una de sus conocidas mantas y de estar pensando efectivamente en asesinar a personas inocentes, si el mandatario no detiene la persecución a los huachicoleros. Esa sola razón es suficiente para que Andrés Manuel López Obrador atienda las recomendaciones de casi todos los partidos políticos y no pocos representantes de la sociedad civil para que refuerce su seguridad y deje de llevarse por la fascinación del arrobo con el que lo saluda un pueblo cansado de la impunidad, la corrupción y la violencia. Y existe un elemento críptico en la amenaza al mandatario.

Es lógico que la inconformidad soterrada de los contratistas afectados por decisiones como la cancelación del aeropuerto de Texcoco o de las auditorías en marcha sobre casos como la Estafa Maestra y los indicios de negocios con empresarios que apostaron fuertes capitales a proyectos como el tren México-Toluca o la derrama directa que les otorga ser casi los dueños de eventos como la Fórmula Uno, es una inconformidad real.

Varios de los integrantes del manto protector de lo que el ahora primer mandatario señaló con una gran contundencia como la Mafia del Poder que generaba en el país, con el usufructo de sus privilegios: pobreza, indefensión y desigualdad social para millones de mexicanos, seguramente no son partidarios de las medidas de AMLO. Y uno se pregunta: ¿Cuántos de esos empresarios que fueron beneficiarios de la protección y el favor de los políticos en el poder no están deseando que México regrese al estado de cosas que les favorecían de una manera por demás fabulosa?.

Seguramente que entre algunos de esos personajes que han visto canceladas sus prebendas gubernamentales, se esté incubando la creación de un nuevo Mario Aburto. El Marro es una amenaza identificada que pronto será más visible de lo que lo es ahora y muy probablemente capturado. Pero los huachicoleros de “arriba”, mencionados por López Obrador, pueden actuar en su contra, desde las sombras, de muchas maneras. Desde las campañas mediáticas hasta las campañas desestabilizadoras.

Y la pregunta es obligada: ¿La Mafia del poder también quisiera eliminar a López Obrador?. La respuesta parece obvia. El Presidente debe reforzar su seguridad.

 

Colosio, ¿ejecutado por la mafia en el poder?

 

Por amenazas, AMLO requiere de más protección