Gerardo Argueta Saucedo, Cronista del municipio de Acámbaro.
Una vez más, en un 7 de octubre, es de recordar la Batalla de Jaripeo-El Moral en el municipio de Acámbaro, Guanajuato. Ya se cumplen 212 años de este hecho histórico que tuvo verificativo en el año de 1810.
Y más que la Batalla como tal, es la acción de doña Catalina Gómez de Larrondo la que hay que resaltar, una rica hacendada de Acámbaro que apoyó la causa libertaria del Cura don Miguel Hidalgo y Costilla al aprehender a Autoridades Realistas que provenían de la Ciudad de México con rumbo a Valladolid, hoy Morelia.
Las Autoridades Realistas habían salido de la Ciudad de México el día 3 de octubre de aquel año y cruzaron por Acámbaro el día 7. En la víspera, doña Catalina Gómez se enteró de la presencia de los Realistas y dispuso lo necesario para su captura. Así, el mismo 7 y con el apoyo de un grupo de hombres de su Hacienda de “San Antonio” -que encabezó el Torero José Manuel Luna-, salió al encuentro de la Comitiva, entre la que figuraban el Intendente de Michoacán, Manuel Merino y Moreno; Diego García Conde, Comandante de Armas de la misma Provincia, y Diego Rul, Conde de la Casa Rul de Guanajuato capital.
Una vez detenidos los españoles y para informar de lo ocurrido, la valiente mujer dirigió ese mismo día una Carta al Cura Hidalgo, quien estaba en Guanajuato. Ante ello, Hidalgo -el Insurgente-, consideró pertinente modificar el trazo original de la Ruta por la Independencia y ya no lo hizo de Guanajuato hacia la Ciudad de México por Querétaro, sino que prefirió seguir por la de Acámbaro-Valladolid-Acámbaro y la Ciudad de México.
Es así como el 13 de octubre de 1810, Hidalgo llegó a la localidad acambarense y preparó la Toma de Valladolid. Salió el día 15 y ocupó pacíficamente la plaza. A partir del día 19, salió de Valladolid con rumbo a Acámbaro. En esta fecha, en Charo e Indaparapeo, se entrevistó con don José María Morelos y Pavón a quien comisionó para insurreccionar el sur de la Nueva España y el día 22, en la plaza Principal de Acámbaro, el Cura de Dolores fue nombrado “Generalísimo de América” por la Oficialidad del Ejército Insurgente, reunida en Consejo Militar, y se reorganizó al Ejército Insurgente. Un día después, el 23, salió de Acámbaro con rumbo a la Ciudad de México, no sin declarar a la localidad como “Cuartel General del Ejército Grande de América”. A la Ciudad de México no ingresó por razones que sólo él supo, en un momento en que todo estaba listo para ocuparla y declarar, tal vez, la Independencia Nacional. Aún así, en pocas semanas y meses, logró sentar las bases del “principio del fin” del régimen virreinal.
Posteriormente, en medio de la Guerra, las difíciles condiciones no permitieron reintentar la toma de la Capital de la Nueva España e Hidalgo debió ir hacia el norte del país, en donde el 21 de marzo de 1811 fue capturado en Acatita de Baján y trasladado a Chihuahua. Aquí, el 30 de julio de ese año murió fusilado.
Toda la acción de Hidalgo, a partir del 7 de octubre de 1810, está enmarcada por la acción oportuna de doña Catalina Gómez de Larrondo. De otra forma, el “Cura Generalísimo” no habría fortalecido su presencia en el bajío y al Ejército con más de 80 mil hombres. Doña Catalina Gómez por su parte, fue capturada a fines de 1810 por el Brigadier José de la Cruz, quien en el mes de diciembre recuperó la plaza de Acámbaro para los Realistas y trasladó a la heroína a México. Allí, estuvo hasta el fin de la Guerra por la Independencia y fue liberaba gracias a la intervención de Diego García Conde, a quien apresó entre Jaripeo y El Moral y quien narró en un Diario todo lo ocurrido durante su captura y liberación entre el 7 de octubre y el 7 de noviembre de ese año. Al salir de prisión, la heroína acambarense regresó a Acámbaro, en donde vivió modestamente y retirada de la vida pública, toda vez que sus bienes fueron confiscados por el Gobierno español.
Es así como Catalina Gómez de Larrondo y los hombres de su Hacienda de “San Antonio” escribieron una página gloriosa en la historia regional del bajío. Hoy en día, su legado es recordado en Jaripeo y cuya generación de hombres y mujeres del siglo XXI valoran con respeto.
A más de 10 años de celebrarse el hecho histórico en la comunidad, los resultados están a la vista con una significativa asistencia y la presencia de autoridades; como también de alumnos, docentes y padres de familia. En más de una década, este acto cívico y su correspondiente desfile es hoy uno de los más importantes del sureste de Guanajuato.
Acámbaro, Ciudad Heroica
Es deseable que siempre permanezca entre los acambarenses la figura regia de doña Catalina Gómez de Larrondo, pero sobre todo la del “Cura Generalísimo”, don Miguel Hidalgo y Costilla.
Gracias al día 7 y al 22 de octubre de 1810, Acámbaro es hoy con orgullo, el sitio de la Proclamación de Hidalgo como “Generalísimo de América”, pero también: “Ciudad Heroica”.
Debido a la Batalla de Jaripeo-El Moral, Hidalgo pudo ser nombrado “Generalísimo” el 22 de octubre de 1810
Heroína acambarense, doña Catalina Gómez de Larrondo
Hidalgo el Generalísimo, así nombrado en la “ciudad heroica” de Acámbaro