Acámbaro en la Consumación de la Independencia Nacional: 1810-1821

Gerardo Argueta Saucedo, Cronista del Municipio de Acámbaro

La participación de Acámbaro en el Movimiento por la Independencia Nacional fue histórica. Abarcó el inicio y el final en momentos clave para el desarrollo de los sucesos que permitieron delinear un nuevo país.

En el inicio, el nombramiento de don Miguel Hidalgo y Costilla como “Generalísimo de América” el 22 de octubre de 1810, es un legado que le otorga un mayor sentido a la historia regional del bajío, lo mismo que al final de la lucha libertaria con la reorganización del Ejército Trigarante que Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero llevaron a cabo en la plaza principal de Acámbaro, en los meses de abril y mayo-junio de 1821.

La consumación del movimiento armado tuvo su punto clave en 1821. El 24 de febrero de ese año, a través del Plan de Iguala que contenía 24 puntos, se establece la necesidad de separar a la Nueva España del gobierno central de la península ibérica. A partir de aquí, el Ejército Trigarante enarboló como base fundamental la Unión de los habitantes de la Nueva España, la Independencia del territorio y la Religión católica como la única disponible para la población.

El Ejército Trigarante lograría su mayor fortaleza en el bajío tanto con la lectura del Plan de Iguala en San José de los Amoles, hoy Cortazar, el 16 de marzo -por medio de Luis Cortazar y Rábago-, como con el apoyo social que logró en las localidades de Valle de Santiago, Salvatierra, Celaya, Salamanca, Irapuato, León, Guanajuato y Acámbaro.

En Acámbaro, el Ejército Trigarante estuvo en dos ocasiones. En la primera visita, entre el 10 y el 17 de abril de 1821, Agustín de Iturbide derogó impuestos y estableció uno especial para sostener económicamente a la tropa. Junto con Vicente Guerrero fue aclamado y, en la plaza principal, los seguidores de los jefes del Ejército Trigarante dieron lectura al Plan de Iguala, entre los que figuraban Luis de Cortazar y Rábado y Anastasio Bustamante.

Posteriormente, en la segunda visita a la comunidad entre la última semana de mayo y la primera de junio, el Ejército Trigarante se reagrupó y Agustín de Iturbide envió correspondencia a diferentes adeptos a la causa libertaria. La correspondencia confirma el apoyo que había para terminar con la Guerra como la que dirige a Guadalupe Victoria el 31 de mayo de 1821, pero sobre todo la del 2 de junio al Rey de España, Fernando VII, ya reinstalado en el trono de la Corona española. En esta carta, Iturbide censura y rechaza el sistema virreinal que siempre fue injusto para los habitantes de la Nueva España y pide a Fernando VII le conceda, textualmente, “…MI GOBIERNO o la EMANCIPACIÓN…” del territorio de la Nueva España.

La correspondencia del 2 de junio de 1821 permite decir que desde Acámbaro, Agustín de Iturbide ratificó el interés de lograr la Independencia Nacional de la Nueva España, esto es, a 2 meses y medio de la firma de los Tratados de Córdoba en Veracruz, y a 3 meses y medio de lo que sería la entrada triunfal del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre. De Acámbaro, el Ejército Trigarante salió con rumbo a la Ciudad Capital por la ruta de Querétaro.

Posteriormente, en Guanajuato como capital de la Intendencia, se hizo la Jura de la Independencia Nacional el 8 de julio. Ya para el 24 de agosto de 1821 cuando se firman los Tratados de Córdoba en Veracruz entre la cúpula del Ejército Trigarante representada por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, y el Jefe Político de la Corona española -no Virrey-, Juan O’Donojú, el proceso de la consumación quedó concluido. En 15 puntos, los Tratados consignaron la separación del territorio de la Nueva España.

Una vez logrado lo anterior, el Ejército Trigarante hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México el 27 de septiembre, la capital del Virreinato. Ante esto, un día después -el 28 de septiembre-, con la promulgación del Acta de Independencia, se consuma oficialmente la lucha social y militar que duró 11 largos años (1810-1821). El perfil de la nueva nación estaría bajo la modalidad de un régimen monárquico.

A 200 años de la Consumación de la Independencia Nacional y por todo lo que sucedió en Guanajuato, al Estado puede considerársele como el lugar donde nació México, lo que conlleva un claro sentido de pertenencia, identidad y orgullo.

Y en efecto, ¡en Guanajuato nació México!. Así, el Estado es único en su tipo y bien merece ser llamado también como: “Guanajuato de la Independencia Nacional”.

El 24 de febrero de 1821 se promulgó el Plan de Iguala

Los Tratados de Córdoba fueron firmados el 24 de agosto

El Ejército Trigarante, reagrupado en Acámbaro, entró triunfante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821

El Acta de Independencia se emitió el 28 de septiembre