Antonio Novoa Acevedo, Ciudadano de Parácuaro, Municipio de Acámbaro…
Durante la época porfirista, los campesinos habían sido despojados de sus tierras, convirtiéndose en una de las clases sociales más desprotegidas y explotadas. Estaban sujetos a las tierras de los hacendados por el sistema de peonaje que los ataba mediante la tienda de raya a un endeudamiento constante.
La región que ahora habitamos, no fue la excepción; durante los últimos años del siglo XIX, ya dividida entre unos cuantos latifundios que colindaban con el manantial, llegaron familias de los pueblos vecinos a trabajar como peones con los ricos terratenientes o latifundistas, quienes los empleaban como peones, haciéndolos laborar de sol a sol, por un mísero sueldo que apenas si les alcanzaba para sobrevivir en un espacio que les prestaban para que construyeran sus chosas.
Movidos por las condiciones de pobreza extrema y los levantamientos que hubo por todo el país en contra del gobierno dictador de Porfirio Díaz, y al término de la Revolución Mexicana, nuestra gente se organizó para solicitar al Gobierno del Estado, les diera en propiedad los espacios donde estaban asentadas sus viviendas.
Siendo Gobernador del Estado el Lic. Enrique Colunga, de ideas liberales y abiertamente opositor al régimen porfirista, tuvo a bien decretar la expropiación de las tierras necesarias para fundar legalmente el pueblo de Parácuaro.
Los predios expropiados fueron los siguientes: Guadalupe de los señores Ojeda; Zacasil de la caja de préstamos; San Agustín del Sr. Salvador Guerrero; La Grangena de la caja de préstamos; El Nogal del Sr. J. Ávila; sin nombre del Sr. Felipe Ibarra; sin nombre del Sr. Guadalupe Moreno; Las Varas del Sr. Simón Babayán; sin nombre del Manantial del propio pueblo; Sin nombre del Sr. Blas Luna y El Trigal del Sr. Blas Rodríguez, sumando la cantidad de 101 hectáreas, 12 áreas y 31 centiáreas.
Una vez publicado del Decreto en el periódico oficial del 12 de febrero de 1925, el Gobierno del Estado tuvo a bien nombrar al Ing. Antonio Linares para que se trasladara a Parácuaro a deslindar los predios afectados, hacer la traza de las calles del nuevo pueblo, negociar el pago de las afectaciones con los dueños de las tierras expropiadas, lotificar, organizar y repartir los lotes de terreno a los nuevos propietarios, un trabajo que terminó en el siguiente mes de mayo.
Para dar más legalidad a los nuevos propietarios, el Gobierno del Estado dio facultades al jefe de la oficina de Rentas en Acámbaro, para que por medio de un título de compra-venta extendiera por un precio significativo, los títulos de propiedad.
Una vez logrado su objetivo e inspirados en él lema de Emiliano Zapata (de Tierra y Libertad), el pueblo se organizó para pedir que se les repartieran las fracciones de terreno que les quedaba a los terratenientes, consiguiendo que en el año de 1933 la mayor parte de ellos pasaran a formar los ejidos Parácuaro y San Francisco Parácuaro. En los años 80’s, las fracciones que aún quedaban sin repartir, fueron asignadas a un grupo de campesinos, conformándose el ejido Indo Parácuaro.
Vaya un recuerdo de gratitud a los paracuarenses que lucharon por heredarnos este hermoso pueblo que siempre se ha distinguido por su gente, organizada, trabajadora y progresista; nos enorgullece que estamos a la vanguardia en tecnología y con vías de acceso rápido a los centros industriales donde muchos de nuestros conciudadanos han encontrado un empleo que les ayuda a vivir dignamente. Que en el propio pueblo nuestros niños y jóvenes tengan la oportunidad de recibir una preparación académica que va desde pre-escolar hasta estudios superiores. Nos complace de sobremanera tener un buen número de profesionistas y a muchos jóvenes preparándose para afrontar los retos del futuro.
El “12 de Febrero de 1925”, marcó nuestro rumbo; ahí nace la nueva era de nuestra historia, antes de esta fecha, en las épocas prehispánica y colonial, hay todavía muchos vacíos en la información de nuestro pueblo.
Todos los datos aquí expuestos, se encuentran en los documentos originales, resguardados en el Archivo Histórico del Estado de Guanajuato y en las escrituras primordiales que en su momento extendieron los jefes de la oficina de Rentas de la ciudad de Acámbaro y que algunas familias, han tenido el cuidado de conservar. Por ello y por la celebración del 95 aniversario de la fundación legal de Parácuaro. ¡Muchas felicidades!.
La fecha histórica de la fundación es celebrada por vez primera
Parácuaro es una de las comunidades más progresistas del municipio