Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas, Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”.
Inspirados, motivados y organizados los grupos levadura que conforman los Centros de Escucha dedicados al acompañamiento de las personas que han sufrido algún tipo de violencia, realizaron su Tercer Encuentro Anual Diocesano, en la parroquia de San Bernabé de Jesús en la ciudad de Morelia, Michoacán.
“Dinamizar los procesos de los Centros de Escucha para potenciarlos como sujetos activos en la construcción de la paz, personal y social”, fue el objetivo que guió este Encuentro con la asistencia de 11 Centros y 70 participantes, aproximadamente. Se enriqueció con la presencia del “Centro de Desarrollo Humano y Espiritual” de la parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, acompañado con su párroco Faustino Aguilar Martínez, y el Centro de Escucha de la Universidad La Salle, ambos de la ciudad de Morelia.
Sirvieron de guía y animaron la participación y el intercambio cuatro temas: 1.- Heridas causadas a los equipos levadura, sus consecuencias en el liderazgo comunitario y su tratamiento liberador. Lo compartió el padre Gustavo Correa. 2.- Las consecuencias del proceso de elecciones (2021), sus incidencias y desafíos en la construcción de paz. Este estuvo a cargo del sacerdote Rubén Cervantes. 3.- Los derechos humanos en la encíclica Fratelli tutti “Todos hermanos” del Papa Francisco, guiada por el presbítero Faustino Aguilar, y 4.- Sentimos el cobijo y protección del Mártir Michoacano San Bernabé de Jesús, patrono de la arquidiócesis de Morelia. El padre Daniel Cortes nos acercó a su historia y personalidad. Previamente, se había preparado este encuentro con una visita oportuna a cada Centro por el equipo diocesano coordinado por la Señora Perla García.
Por el análisis colectivo de ella, se pudo concluir que el nivel de conciencia de los Centros sobre la violencia ya sea intrafamiliar o de alto impacto es claro y razonado, tanto en las parroquias, foranías y zona pastoral; el portafolio pastoral de la Diócesis que tiene una línea muy definida sobre la concepción de la pastoral es medianamente conocido; habrá que profundizarlo ya que toda la pastoral va penetrada de un eje transversal de construcción de paz. Ese portafolio es fruto de la asamblea diocesana pasada y apunta a la transformación social. No se conoce mucho, por lo mismo no se ha profundizado ni integrado. Habrá que caminar.
La violencia en la diócesis, en el Estado de Michoacán y en el país nos lleva tiempo, tiene experiencia larga, nosotros comenzamos con temor, podemos decir a tientas; es un campo aun ajeno en el aspecto ético-social, político, experimental y sin dudarlo aun teológico. Estamos todavía planteándonos si nos toca a los sacerdotes incidir o si es tan solo una tarea del gobierno en turno.
El trabajo es complejo y más vale comenzar a meter las manos antes de llegar tarde. Predicar la paz es algo, trabajarla es congruencia evangélica. Reflexionarla, analizarla, caminarla codo a codo con las victimas es congruencia evangélica.
Las personas que han sufrido la violencia ahora van siendo testigos vivos que quieren construir la paz, no replicar la violencia, caminemos con ellas.
El proyecto de paz es prioritario para la iglesia a nivel regional
La construcción de una vida tranquila compete a toda la sociedad