Sócrates A. Campos Lemus,
Colaborador del Periódico “El Ciudadano”
Quién no ha probado los tacos de canasta no sabe la delicia que se ha perdido con esos de papa, de frijol, de chicharrón, de mole verde con sus salsas de aguacate y los chiles en vinagre que son para chuparse los dedos. Quien no conozca los tacos de cazuela no tiene perdón de Dios, se ha perdido los de papa, los de bistec con chicharrón prensado y salsa morita, los de acelgas, los de rajas, los de huevo, los de guisado de chicharrón, los de costilla, los de salsa verde con camarones y tortitas de camarón, los de buche, nana, neneplil, cabeza, trompa, ojo, sesos, barbacoa, las flautas, las chalupas.
La taquiza es enorme en este país, porque además se hacen tacos de mariscos, de pescado, de camarón, de vísceras, de hígado, de tripa gorda y tripa delgada, de pata, de nopalitos, de todo guiso u ocurrencia y eso no hace daño al país ni a su política. La neta, es que los mexicanos somos por lo general taqueros, nos encanta el picante, del bueno, no del que andan pensando y al final de cuentas las aguas frescas son parte del folclor gastronómico como lo vienen siendo las Clayudas, así dice mi amigo Pepe que se debe decir y no tlayudas como todo el infeliciaje pronuncia. Clayudas que sería el equivalente de las pizas, pero mejores, más nutritivas como las tortas que lo tienen todo, verdura, carne, frijoles, queso, aguacate y hay de todo de chorizo, de jamón, de pavo, de pierna, de huevo, de frijoles con queso, de quesillo, de pescado, de chilaquiles o de tamal, en fin, la verdad es que debería existir en la ciudad, cuando menos, una inspección general de tacos, tortas y chilaquiles, reconociendo que es el alimento rápido de todos los del infeliciaje nacional, los que no podemos protestar en las casas por comer siempre lo mismo o viendo la carota de la señora después de la borrachera y no tiene consideración de los crudos. Pues sí, la neta, es que deberíamos tener la secretaría de protección al taco, registrarlo como comida en el mundo para que no lo anden copiando los gabachos y haciendo tacos que parecen pizas o no tienen ni el toque ni el sabor como tienen los tacos der Sierrita en Oaxaca.
Y cuando pensamos que solamente estamos pensando en los tacos, las tortas, la cena, la chela, el cotorreo con los amigos, también tenemos que pensar que nos quedamos atrás, muy atrás de lo que es el dominio de la tecnología. Nosotros pensamos con el estómago, de tal suerte que ahí están nuestros valores para la lealtad o los arrestos para las insurrecciones, ¿cómo vamos a pensar en la era tecnológica si hasta los pinches espías oficiales escriben en tarjetitas, usan teléfonos desechables, ponen chupones en las casas para escuchar las conversaciones, pagan a los sirvientes para que cuenten lo que hacen sus patrones, ocultando claro está las buenas conciencias y los deslices con el chofer o con la secretaria; le pagan hasta a los Presidentes que ya fueron agentes probados de la CIA por medio de gatos incrustados en la Embajada de los Estados Unidos, andan escuchado conversaciones en las casas de citas, preguntando a las madrotas o a los padrotes a cambio de protección, si consumen, los políticos, drogas o son ‘puñales’ o andan disfrazándose de cosas raras con trapos de calle y tacones de rancho. En fin, van y preguntan decentemente a los bancos o a los cajeros para saber cuánto retiran o cuánto ingresan a las cuentas, sí nos fijamos que hasta en eso andamos en la quinta chía, podemos entender que la tecnología solamente la vienen dominando algunos cuántos chavitos que tienen dinero para andar comprando lo último y lo de moda y por ello, pueden ingresar a cuentas de bancos y saquear los fondos o andan viendo cómo vuelan los drones no para investigar, sino para tomar fotos de las chavas que se asolean en las azoteas antes de las vacaciones de Semana Santa.
Los políticos, los banqueros, los investigadores universitarios y técnicos, los empresarios, los policías, todos son espiados y controlados por medio de la tecnología que no se controla en México sino en el extranjero, ya vemos cómo incluso se llega por esos medios a escuchar las conversaciones o sacan las fotos de los celulares o las guardadas en las computadoras. Ya vemos cómo tienen una evaluación síquica y hormonal, incluso de lo que pueden orinar y de qué comieron con análisis de excrementos, ya saben nuestra historia clínica porque se meten en las historias de los médicos y de los hospitales, así, calculan los riesgos en los seguros y de ahí los costos tan variables; conocen cómo van los vehículos y si quieren los inmovilizan en cualquier sitio que les convenga, pueden hacer todas las investigaciones y saben si hay escapes de las casas y en los ranchos y no andan como los nuevos policías mexicanos entendiendo que se les escapa el bueno por los túneles que existen de casa a casa en muchos sitios donde se esconden los mafiosos. Si hasta en eso, en eso de la seguridad, andamos en la luna pues ya nos podemos imaginar lo que nos sucede en el campo de la investigación científica, en el campo de la economía, en las finanzas, nos pueden hacer movimientos de cientos de millones de pesos o dólares o en barras de oro y de plata con un simple clic, de los que en verdad controlan ya todo en el país y en gran parte del mundo. La verdad es que mientras no entendamos que la tecnología ha logrado crear el esclavismo tecnológico y que si no nos ponemos abusados, nos mantendrán jodidos y esclavizados por medio de los teléfonos, las computadoras, los sistemas inteligentes y que, al final, ni siquiera podremos decir que tenemos un libre albedrío porque nos manipulan de acuerdo a estudios de control y psicológicos o de malestar social o de tiempo incluso, porque mire usted, los grandes cambios en el país se han logrado en fechas de buenos tiempos, no de tiempos malos. Si hay mucha lluvia no somos capaces de manifestarnos ni de protestar, si hay mucho sol y no tenemos sombrero o gorra pues no vamos, nos quedamos viendo en el café, si hay peligro o de que nos den una buena tunda, menos nos movemos.
Así que, somos fácilmente controlables ya por la tecnología y para ello ahí están las famosas Redes que nadie sabe quién las mueve ni cómo se mueven, pero logran mover las conciencias mediocres de gente que no piensan más que en tacos…, en las chelas, en el fut y, ahora, en el beis bol, el rey de los deportes, dicen ellos…
Un gran platillo popular es el taco al pastor
La preparación es fácil y accesible para todos