Alfredo Gallegos Lara. Domingo 30 de junio de 2019
San Lucas nos dice que Cristo toma la firme determinación en ir a Jerusalén, no era un viaje como otros, si no su último viaje. Sabía que no está bien que un Profeta muera fuera de Jerusalén y quería sentar las bases de su iglesia con buenas vocaciones:
1º. El sacerdocio y en general todo cristiano debe ser apóstol y vocación no es cosa de hacer negocios y fortuna, el padre que tenga negocios de cualquier clase está mal. Por andar en los negocios descuida su pastoral que requiere todo nuestro tiempo, todo nuestro amor y todas nuestras fuerzas, lo dice muy claro Cristo en la respuesta que le da al primero que quería seguirlo. Lo vio que era interesado y le dice: los pájaros tienen sus nidos, las zorras tienen sus madrigueras, pero el hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza. El mejor negocio del sacerdote es no tener negocio, porque si la gente ve que uno los atiende bien, mucha gente nos ayuda.
2º. Al segundo, Cristo lo llama, pero le pone una condición. Que se espera a que se mueran sus padres, esto se hace en caliente, requiere de una entrega total, inmediata e incondicional, por eso Cristo le dice: “deja que los muertos entierren a los muertos”, arreglen sus propiedades y testamento en vida, ya muertos no se puede hacer nada; trabajen en su juventud y madurez porque ya viejos no sirven ni para limpiarse el trasero.
3º. El tercero le pide a Cristo despedirse, primero de su familia y Cristo le contesta: el que tiene las manos en el arado y voltea para atrás no es digno de mí. Esos padrecitos que en el seminario o ya de sacerdotes piden un año para pensarlo, valen pura fregada, al final se gasta mucho dinero en ellos y no se ordenan y si se ordenan sacerdotes, está peor porque quieren servir con mujer e hijos.
Alguna vez quise salirme del seminario por un tiempo, pero al leer esta frase en el Evangelio decidí seguir con toda mi alma.
Algunas personas me comentan que la gente no cree en los milagros y llevan una vida pecaminosa y dicen que es por falta de fe. Yo digo que es falta de amor, los condenados en el infierno tienen más fe que cualquier cristiano vivo, pero ya es demasiado tarde, es falta de amor, si tuviéramos amor no tendría por qué haber tanto asesinato, secuestros, robos, adulterios, corrupción, niños abandonados por sus padres; se llenarían las iglesias, en la misa no habría tanto joto, cuando nacemos o tenemos pájaro o tenemos rajadas, pero sobre todo las mamás los descuidan o de plano los tratan como niñas, dijo Dios: multiplíquense y como jotos ¿Cuándo?
Comentario de buen humor:
En Estados Unidos se murió un gringo y un mexicano.
El gringo se fue al infierno y cada hora, a la lumbre, que a la mierda…
El mexicano se fue al infierno y nunca llegaron los verdugos.
Es que nosotros, no’mas checamos y nos vamos.
¡Que Dios los bendiga!.
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Alfredo Gallegos ayuda a los que lo necesitan como sacerdote