Reflexión dominical del Padre Pistolas
¿Sigues al mundo o a las bienaventuranzas?
Domingo 17 de Febrero de 2019
Aparecen en San Lucas 4 bienaventuranzas y 4 malaventuranzas, equivalentes a las 8 bienaventuranzas que aparecen en San Mateo. Son lo esencial y distintivo de nuestra religión porque este modo de pensar no aparece en ninguna de las religiones de todo el mundo de todos los tiempos.
Gandhi gran filósofo y libertador de la India, decía: “nada tengo que agregar; nada más falta que las cumplan”. Las bienaventuranzas son el anuncio de una dicha plena que Dios reserva para personas que enfrentan un presente duro y adverso y nos enseña la sabiduría que encierra la pobreza, el sufrimiento, la muerte, la persecución, la crítica, la incomprensión de los fieles, el hambre, el llanto, el insulto, etc. Todo contrario a lo que se desea y busca el mundo.
Pienso en la juventud de ahora, a quienes los sicarios ofrecen $1000.00 pesos diarios, una buena nalga y una camioneta nueva. Un verdadero engaño porque no tardan en matarlos sus propios compañeros para quitarles su mismo dinero, o por la misma dichosa nalga y la camioneta es robada y se tienen que cuidar de la policía, del original dueño o de sus propios compañeros que no dudan en matarlos y ¿de que sirvió el esfuerzo y el trabajo?
Es muy necesario que ocupemos a nuestros chamacos y chamacas empeñados en leer, estudiar, jugar, tejer, bailar, tocar instrumentos, etc. Y por eso, está muy mal que nuestros maestros en Michoacán no den clases que al final sí les paga el gobierno y jamás reponen las clases perdidas, me refiero no solo a los maestros, sino también a los obispos, sacerdotes y padres de familia que no hacemos nada al respecto. Estas bienaventuranzas necesitan de la fe en Dios y el amor al prójimo.
Dios es un Padre que siempre acompaña y cumple sus promesas a sus hijos. Hay mujeres que reniegan de la muerte de un hijo y maldicen a Dios porque no reconocen que Dios les dio a ese hijo y lo puede quitar cuando él quiera, lo mismo toda clase de favores recibimos de Dios y no es justo que nosotros no compartamos nuestros bienes con los migrantes, los que no tienen trabajo, ni medicina y muchas veces ni siquiera que comer. Buscan dinero, comida, sexo y aplausos estarían bien, si no hubiera muerte y resurrección y solo tuviéramos esta vida, pero resulta que Cristo resucitó y nos espera toda una eternidad.
No necesitamos morir para empezar a gozar de la resurrección y que en esta vida podemos gozar a través de la fe. Desde ahora podemos librarnos del temor a la muerte, al sufrimiento, a la falta de agradecimiento de nuestros beneficiados porque podemos no esperar nada de nadie y no temer a la muerte, teniendo una conciencia limpia y de integrar el sufrimiento a nuestra vida que al fin nadie puede librarse ni de la muerte ni del sufrimiento como lo hizo Cristo y los Santos.
La religión cristiana no es solamente “no hagas esto, si no una serie de premios gordos que esperan a quienes las cumplan”. El lema de Abraham, era: “Dios proveerá”, contrario a Eva y Adán que nos trajeron vergüenza, dolor y muerte.
Había en un pueblo, un hombre mujeriego y renegado y le dice el sacristán al Padre Pistolas, déjeme ponerme en lugar del Cristo y verá cuando venga al templo el méndigo. Efectivamente le dice al Cristo: “perdóname, porque me metí con la mujer del panadero y del carnicero”. Del sacristán no se dan cuenta. El sacristán precisamente, le contesta: “Dale gracias a Dios, dale gracias a Dios que estoy amarrado si no, te partía tu madre”.
Que Dios los bendiga.