Alfredo Gallegos Lara
Domingo 13 de octubre
Las lecturas de este domingo nos enseñan en el Evangelio que Cristo tiene dominio sobre las enfermedades como la lepra, símbolo del pecado que Cristo no hace distinción de personas porque cura a judíos y extranjeros y que debemos de ser agradecidos con Dios por la vida, la salud, el amor y muchos beneficios más, de hecho “Eucaristía”, significa: “acción de gracias”.
Para entender este Evangelio, necesitamos conocer la lepra que hasta la fecha es incurable, sólo controlable y aparte de contagiar es horrible, se quitan la playera y queda la carne viva con pus, huele a excremento, se les cae la nariz, el labio superior, los lóbulos de las orejas, los abandonan las parejas y los hijos y en tiempo de Cristo vivían en cuevas, uno que otro, les dejaban sobre una piedra pan, queso y vino para que comieran, no podían entrar a la ciudad y a su propia casa; tenían que recibir del sumo sacerdote un certificado de que ya no tenían lepra para entrar a su propia casa y Cristo los manda por ese certificado y todos fueron, pero uno solo no fue, se regresó a darle las gracias a Cristo y Cristo molesto les pregunta: ¿Dónde están los otros nueve? Sin embargo, los otros quedaron manchados del alma, pero el samaritano quedo limpio de cuerpo y alma cuando Cristo le dijo: “levántate y vete, tu fe te ha salvado”.
Dar las gracias nos abre las puertas, si te prestan $5,000.00 y a tiempo pagas y además le das una botellita de vino, pan o frutas y dar gracias, otro día te vuelven a prestar; si no, te prestan pura madre, no damos las gracias a Dios, no vamos a misa y quieres que Dios te haga más favores, ya mero te los hace.
No ha cambiado mucho el panorama, trabajo como nadie por arreglar el templo y el pueblo y de cada 10 norteños, uno me da $100.00 dólares y 9 le hacen al teololo porque ni siguiera me saludan.
Otro extranjero general de Siria y enemigo de Israel, leproso, viene a buscar a Eliseo para que lo cure, se molesta Eliseo y dice: acaso yo soy Dios. Sin embargo, un criado lo hace reaccionar y manda a Naamán a bañarse 7 veces y este se molesta, pero también un criado lo hace reaccionar y se baña y se cura, me pregunto: ¿no es fácil quedar limpios del alma con una simple confesión? Y muchos se hacen pendejos y no se quieren confesar.
Eliseo nos da una lección muy buena a los sacerdotes de curar y no cobrar a los enfermos.
Este General (de su tiempo) no solo se curó del cuerpo, si no que se convirtió en un fiel seguidor de nuestro Dios; necesitamos los sacerdotes curar a los enfermos para ganar adeptos al catolicismo y no andar de negociantes o enamorados y retirar a los pocos católicos que quedan.
San Pablo siempre predicaba a Cristo resucitado, consuelo de vivos y muertos. No debemos tener miedo a la muerte y tenemos que predicar sin temor, con huevos, porque la palabra de Dios no está encadenada a nada de amancebados, nada de jotos, nada de ladrones. Debemos ser buenos con los buenos y los malos.
Comentario de buen humor:
Padre Pistolas, ¿es cierto que casarse es un verdadero sacrificio y hay que pensarlo?
Sí, hijo; antiguamente los sacrificios se hacían sobre un altar, sacrificaban borregos, chivos, etc. Actualmente, perdura esa costumbre: sacrifican al novio y a la novia, pero sobre el altar.
¡Que Dios los bendiga!.
Alfredo Gallegos pide a la feligresía ser agradecida con Dios
El Padre Pistolas exige a los sacerdotes predicar con el ejemplo