Domingo 24 de enero de 2021.
Aparece en el evangelio de San Marcos, cómo Cristo llama a los primeros apóstoles, un grupo de pescadores del lago de Genesaret a donde Cristo se va a la región de Galilea después de la muerte de Juan Bautista. Eran los hermanos Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Les dice: síganme y los haré pescadores de hombres y dejando a sus padres, las barcas y las redes que eran su manutención diaria y su futuro, lo siguieron.
Cristo quiso cambiar a su sociedad de injusticia de abusos y enriquecimiento ilícito, pobreza y toda clase de mentiras. Los fariseos siguen vivos en nuestro tiempo:
Políticos ratas que ya están inscritos en toda clase de puestos públicos, gobernadores, senadores, diputados, presidentes, etc. Los sicarios que tienen a todos los gobernantes con la propuesta de darles dinero o amenazas de muerte y quieren seguir ofreciéndoles más dinero. Si quieren gobernarnos necesitan muchos huevos y prácticamente no los hay. En la iglesia tenemos verdaderamente monstruos.
Naasón Joaquín García de la secta La Luz del Mundo con sus 150 niños víctimas de pederastia y robos multimillonarios. Marcial Maciel también multimillonario y pederasta y a quien yo fui principal actor para correrlo de la iglesia.
Pero también en lugar de estar dispuestos a morir como murieron casi todos los apóstoles a excepción de San Juan. Me preocupa mucho más todos los obispos que almuerzan con políticos corruptos, jefes sicarios, disfrazados de industriales, empresarios que pagan una miseria de sueldos, sin seguro social, sin servicios médicos, corriéndolos cada 3 meses para no crear antigüedad y no jubilarlos, incluso recibiendo regalos caros. Sacerdotes comodinos que en sus sermones no se comprometen con los pobres, no hacen nada para sacar presos inocentes, curar a los enfermos que llegan a la parroquia hablando cosas mensas y con una gran cobardía, llenos de miedo. Mejor dedíquense a otra cosa.
Comentario de buen humor:
Llegó el señor arzobispo a Parácuaro, municipio de Acámbaro Gto., a recibir quejas de un padre de 70 años, dizque le agarraba los pechos y besaba a las novias y quinceañeras.
Entonces llega un feligrés y le dice al arzobispo: “señor obispo, el señor cura le agarró las nalgas a mi vieja.
Pero ¡cómo!, si tiene 70 años, no dice una mala palabra ni toma.
Pero no este, señor obispo, si no el del Jaral, el padre Pistolas.
¡Ah caray, de ese si cuídate, porque hasta a ti te jode.
¡Que Dios los bendiga!.
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