Domingo 3 de febrero de 2019.- Alguna vez dijo Cristo: “no hay mayor amor que el que da su vida por sus amigos” y en este Evangelio de San Lucas, aparece ese pasaje en que va a su tierra Nazaret. Ingresa a la Sinagoga y les dice: “seguramente me dirán aquel refrán ‘médico, cúrate a ti mismo y haz aquí en tu propia tierra todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm’ y añadió; “yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra”. Les recuerda de la viuda de Sarepta y del leproso Naamán, el sirio.
Lejos de inculcarles odio a los enemigos, venganza a los que los habían reprimido, habla de amor de curar a los ciegos, de liberar a los cautivos, pero él sí sufre la violencia de sus paisanos que lo quisieron desbarrancar.
Los Obispos hoy en día, se relacionan con los poderosos y almuerzan con ellos, son reverenciados y nos sugieren que busquemos adeptos, sugieren que busquemos adeptos que no prediquemos cosas que ofendan a los feligreses, que les hagamos ‘la barba’ para que nos den mucha limosna y nos aplaudan, pero Jeremías el Profeta, Pablo el Apóstol y el mismo Cristo fueron rechazados, “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”. A los Obispos se les olvida que el color púrpura de sus ornamentos significa la sangre de los mártires que han muerto por la fe.
A mí, seguido me quieren frenar, que no diga cosas hirientes, que no tengan otra mujer en los Estados Unidos, que no les ‘tire’ a los amancebados, a los narcos, a los jotos, a los maestros, que se la pasan haciendo huelgas nada más para su beneficio propio, sin importarles los daños a la sociedad, a los rateros, a los borrachos y a los mismos padrecitos dinereros, flojos y celosos.
El Espíritu Santo es el principal actor en todos los acontecimientos importantes de nuestra vida, dice Cristo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, él me ha enviado para predicar, a curar a los enfermos”.
En toda vocación hay estos tres elementos: 1º. Somos escogidos por Dios desde el seno materno; 2º. Nuestra misión es transmitir el mensaje de Dios a los fieles y 3º. Se nos presentarán muchas dificultades, pero Dios estará con nosotros.
No seas cobarde, no seas miedoso, hijo. Amárrate los pantalones y pórtate como un hombre hecho y derecho. Tenemos que prepararnos para predicar lo que Dios quiere de nosotros y no lo que se nos ocurra. La carta de San Pablo a los Corintios es un himno de amor, sus cualidades: El amor les da sentido a las palabras; el amor es lo primero que tenemos que aprender a vivir y predicar; el amor nos obliga a tener fe en Dios, en nosotros y en los demás sin fe, no podemos negar el amor verdadero.
El amor le da sentido y fuerza a los sacrificios que hacemos por los fieles, por los hijos, por los extraños. El amor nos ayuda a comprender a los demás; el amor rechaza a la envidia; el amor nos pone los pies en el suelo; el amor nos impide enojarnos; el amor nos ayuda a perdonar; el amor nos hace perseverantes sin desanimo. El amor es eterno y no espera nada del ser amado.
Llega una pareja de cuarentones con el Padre Pistolas y la mujer le pregunta: ¿por qué no he podido avanzar?. ¿Cómo se llama tu marido hija?. Se llama Ángel y se apellida Virgen. Ay hija está cabrón, Ángel y luego Virgen, pos no.
Que Dios los bendiga.
Foto 1: El Padre Alfredo Gallegos está en la Parroquia de Chucándiro, Michoacán
Foto 2 : El sacerdote no sólo es dinámico sino muy versátil en su actividad social