Domingo 31 de julio de 2022
Aparece en el evangelio de San Lucas que en medio de la multitud, sale un paisano y le dice a Cristo que le diga a su hermano que le dé la parte de la herencia que le toca como era costumbre en Israel: pedir la intervención de los maestros de la ley o a los sumos sacerdotes, que lo hicieran; pero Cristo no quiso intervenir y le dijo: (Quién me ha puesto como juez de herencias).
Efectivamente a veces en la iglesia, muchos se valen de los sacerdotes para eso y yo les contesto que ni siquiera mi propia herencia ando peleando; de hecho, la herencia es lo que dejan los difuntos, es por lo que se andan matando las parientes. Cristo aprovecha para decirles la parábola de “El hombre necio”.
Un hombre que tenía toda su fe y su vida en el dinero recogió mucha cosecha y como es común fue incapaz de regalar nada a los pobres, piensa hacer más grandes sus trojes y guardar todo y darle vuelo a la hilacha y decía: agárrense mujeres y vino, pero Cristo le dice: pendejo, idiota, esta noche te vas a morir y de que va a servir, aunque los traductores usan una palabra que nadie usa en este país, “insensato”, y concluye Cristo: preocúpate de tesoros que valen ante Dios, no es lo que tienes, lo que guardas, si no lo que regalas.
No es el dinero, casas, tierras, joyas, lo que te va a dar felicidad sino: La libertad de ambicionar dinero, la libertad de no esclavizarse del sexo, el vino, etc., y la libertad de no caer en la vanidad de poder y la fama.
Todo esto se acaba y se queda en este mundo, estudian para tener una profesión, un buen trabajo, residencias, carros del año, etc. Pero para después de la muerte no tienen nada. También el “cohelet” que significa el predicador y que se escribió en Alejandría 200 años antes de Cristo dice: “todo, absolutamente todo, es falso y vanidad” porque vivía en una sociedad muy materialista y nada espiritual.
Tampoco esto no quiere decir que nos desatendamos de lo material como el estudio, el trabajo, el ahorro, etc. Porque también es necesario, si no que no descuidemos lo espiritual, que es lo definitivo y eterno, lo demás se acaba. ¿Qué es lo importante en la vida? La bandera equivocada es el dinero, la fama, el que dirán, la vanidad, centrándose en sí mismo. En cambio, la bandera debe ser libertad de desprendernos de lo nuestro y repartirlo entre los más pobres, prometemos lo que no tenemos, un carro, una vaca, pero una gallina o un pan no se lo damos a nadie porque eso si lo tenemos. No pienso que me eche a perder el dinero, las nalgas o la vanidad.
Comentario de buen humor:
Tía, mi mamá me prohibió que mi novio me toque de la cintura para abajo y se lo prometí.
¿Sobrina, y ahora que vas hacer?
Tía, voy a aprender a pararme de cabeza.
¡Que Dios los bendiga!.
Alfredo Gallegos reitera que lo espiritual es lo esencial, no lo material
El Padre Pistolas pide no esclavizarse del dinero ni del sexo