Domingo 15 de mayo de 2022
Habla el evangelio de San Juan de la glorificación de Jesucristo, que no fue otra que su muerte en la cruz para llegar a ser muy dichoso y recibir el amor de muchas personas. Se necesita pasar por grandes sufrimientos para llegar a ser reconocido y alagado por muchas personas y se logra haciendo el bien a muchas personas también.
Me temo que la mayoría de las personas tienen una mente que no va más allá de tener un trabajo, una casa y una pequeña familia; llegar a jubilarse y dedicarse a no hacer nada. Los sorprende la vejez y la muerte y no pasan de ahí, porque nunca lucharon para dejar huella, hacer muchos bienes a la sociedad, pero desgraciadamente no pasamos de ahí, es una gran mediocridad y una vida muy inútil.
Les exhorto a sacrificarse con gusto, Cristo murió por amor y por salvarnos, normalmente cuando mueren muchos asesinados es por odio o por asaltarlos o porque andan en malos pasos. Con Cristo, su muerte fue voluntaria, él entregó su vida conscientemente y con mucho amor. Después de terminar con los estudios o ganar una batalla y llegar a la casa con heridas sangrantes y ganar esa batalla o llegar al fin de la vida logrando formar una buena familia y comenzar y terminar una gran construcción, nos trae gloria y felicidad.
San Juan nos presenta también un mandamiento nuevo que consiste no solo en amar a los demás, incluyendo enemigos y personas que nos han hecho daño, no solo cómo nos amamos a nosotros mismos, sino cómo Cristo nos ama y ¿cómo es ese amor que podemos llamar de caridad? Cuando amamos a una mujer por hermosa y sensual no es amor, es sensualidad. Si amamos a los demás con el fin de alcanzar algún favor, alguna recompensa, no es amor, es egoísmo. El amor de caridad es el que quiere Cristo que tengamos y consiste, en:
- Espiritual, logar hacer crecer al ser amado espiritualmente.
- Es un amor misericordioso, que lo perdona todo.
- Es sacrificado, no escatima esfuerzos o sacrificios para mantenerlo vivo.
- Sin egoísmo, sin buscar nuestra Felicidad, sino la felicidad del otro, de los demás.
- Un amor sin condiciones, que lo dio todo.
- Es comprensivo, se aman a pesar de sus fallas y defectos.
- Amor que interesaba en las almas, como María que estaba a la escucha del maestro y no como su hermana Marta, preocupada del quehacer de la casa.
Cristo nos pone como condición y señal que nos amemos así unos con otros y nuestro testimonio sea como a principios del cristianismo y que digan los demás: “Miren como se aman”. Queremos estar en la presencia de Dios cuando muramos y pregunto: ¿qué cuentas vamos a entregar?.
Comentario de buen humor:
El médico: ayer, me regresaron el cheque con que me pagó usted.
El paciente: ayer también, me regresaron los dolores que me había usted quitado.
¡Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas recuerda que en la vida, todo implica un sacrificio
Alfredo Gallegos recuerda que es necesario evitar la mediocridad