Domingo 10 de Febrero de 2019
Se nos presenta la Pascua milagrosa en el Evangelio de San Lucas, un milagro que convenció a aquellos pescadores expertos que no habían logrado nada en toda la noche y Pedro, en nombre de Dios, echó las redes y recogieron tal cantidad de pescados que tuvieron que llamar a otra barca. Este milagro fue definitivo cuando Cristo los llama a ser pescadores de hombres, luego llevaron las barcas a tierra y dejándolo todo lo siguieron.
Esta frase “dejándolo todo”, es literal cuando les dijo Cristo a aquel joven rico: si quieres ser perfecto, vende todos tus bienes, repárteselos a los pobres y ven y sígueme”. En cambio, conozco a un sacerdote que les decía a sus seminaristas: “el dinero que invirtieron en su formación, recupérenlo cuando sean sacerdotes, este padre se llama Margarito e hizo de ellos unos verdaderos dinereros, incapaces de hacer algún beneficio por su Parroquia. Igual han hecho muchos padres y hermanos de sacerdotes, creen que ser sacerdote es un gran negocio y les exigen a los padrecitos que cobren caro, que sean barberos con los ricos y con el señor Obispo para que los pongan en Parroquias ricas. Compran un montón de casas, de carros, cuentas bancarias en lugar de confiar en la Divina Providencia que de todos modos no nos falta nada y a la larga juntamos mucho más dinero y la gente coopera porque ven que el Párroco es muy trabajador, hace muchas construcciones y ayudan a mucha gente, de otro modo, los mismos familiares echan a perder a su sacerdote, se hacen odiosos, nadie los quiere y además no nos llevamos nada de este mundo y terminan siendo un mal sacerdote por el maldito dinero.
Las tareas de la Iglesia cada día son más y más difíciles y los voluntarios, sacerdotes y religiosas son cada día menos numerosos y menos esforzados. Urge la necesidad de ser buenos predicadores, graben un sermón y verán cómo se oye su vos gangosa y muchas simplicidades, por no decir pendejadas, y temas totalmente intranscendentes y frecuentemente para pedir más y más dinero. Hay temas tan interesantes como dice San Pablo. La muerte por amor de Cristo su resurrección y la cantidad de gente que lo vieron resucitado, más de 500 acciones como curar a tanto enfermo de cáncer y de diabetes, limpiar las ciudades y los mares de basura y el dinero ¿de dónde?. Confiemos en nuestras capacidades y nuestra fe, yo soy ejemplo viviente y vengan a visitarme. Así es que, jóvenes vean la necesidad confíen que ustedes pueden y decídanse a trabajar libre y voluntariamente. No necesitan que nadie los empuje.
Tanto Isaías como San Pablo y San Pedro eran muy humildes, pero audaces porque confiaban que la palabra de Dios era para hacerse caso y modificar la vida de los seres humanos.
El Lago medía 20 km y 13 de ancho y había unas 300 barcas y los pescadores son silenciosos y muy trabajadores, sobre todo pacíficos, y son los que Cristo escoge y los invita a cambiar de trabajo y no a estar cómodamente de huevones sino a entregar su vida.
De niño, recibí malos ejemplos no solo de sacerdotes sino de Obispos borrachos y enamorados y tuve temor por mis defectos, sin embargo me dije: si con los sacerdotes anda el mundo de cabeza ¿qué será sin ellos?
Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto andan buscando casa en Suiza por miedo. Felipe y Margarita andan haciendo un Partido nuevo. Yo les sugiero que se llame Partido “torpedo”: Ella, torpe; y él, diario pedo.
Que Dios los bendiga