Domingo 28 de noviembre de 2021.
En el evangelio de San Pablo, a los tesalonences aparece un exhorto a comportarse bien, sin vicios, sin embriaguez, sin preocupaciones de esta vida para que no entorpezca su mente y nos encuentre desprevenidos, la segunda venida de Cristo al mundo en que nos enjuiciará Cristo de repente, que vivan como conviene. Promete Cristo que nacerá un retoño de la casa de David, que era el mismo que ejercerá la justicia y el derecho en la tierra.
Comienza el adviento como preparación para el acontecimiento más importante de la historia de la humanidad, el nacimiento de Dios vivo como un niño pequeño como todos nosotros, son 40 días, un número no sólo famoso en Israel si no en todo el mundo al grado de llamar cuarentena al tiempo de un parto y comenzar con su vida diaria normal de una mujer. Otra cuarentena es la cuaresma para celebrar la muerte y la resurrección de Cristo, le permite venir al mundo de nuevo con gran gloria y majestad para juzgar a vivos y muertos y su reino no tendrán fin.
Velar y hacer oración y aunque no se va a juzgar, él viene sobre todo a salvarnos, velamos sobre todo para oportunamente encontrarnos con el ser amado. Debemos de perseverar para poder salvarnos y vamos a conocer la verdad y la verdad nos hará libres, frase que siempre he tenido muy en cuenta y siempre me ha causado muchos problemas con mis compañeros y superiores porque quieren conservar en secreto los errores y así nunca nos vamos a corregir. Esperamos lo que no se ve, porque lo que se ve, ya no se espera. Debemos tener un tesoro en el cielo para obtener el ciento por uno.
Esperar el bien del futuro como Jeremías, que después del exilio de 50 años en tierra babilónica, es un exhorto a vivir bien para reconstruir a Jerusalén a su templo y su ciudad, no poca cosa como figura de la reconstrucción de la iglesia y del mundo basado en la resurrección de Cristo; debemos cambiar y mejorar el mundo desde la ecología, el cambio climático, el respeto y la conservación de las plantas y los animales, por ejemplo la matazón a través de los insecticidas, matando a las abejas que además de la rica miel y la cera son las principales polinizadoras y si acabamos con ellas, acabamos con las frutas y por lo mismo con la humanidad.
No se diga el asesinato, el secuestro, la exageración sexual, la guerra, el abandono de los hijos, el divorcio, el aborto y demás injusticia, también podemos exterminar la verdadera familia y la felicidad y el orden familiar y acabamos también con la misma humanidad. En cambio con la verdadera justicia, respeto y el orden podemos hacer de nuestro mundo, un mundo mejor, feliz, sin culpas, sin miedos y vergüenzas, animémonos pues, sabiendo que Cristo siempre estará con nosotros.
Comentario de buen humor:
Llega un sujeto a una casa de citas y ve a las muchachas ya muy entradas en años y se queja con la dueña del burdel; y ésta le contesta: ¡más respeto!, ¿que no ve que nuestro oficio es el más antiguo del mundo?.
Si, contesta el sujeto, pero no pensé que aquí estarían las fundadoras.
¡Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas recuerda que la venida de Cristo es para salvar al mundo<
Alfredo Gallegos Lara resalta que en la vida, hay que respetar al prójimo