Alfredo Gallegos Lara
Domingo 29 de septiembre de 2019
Aparece en el Evangelio de San Lucas, la parábola del pobre Lázaro (Lázaro significa Dios me ayuda), el rico Epulón (Epulón significa tragón). Convivían uno tomando, tragando y diario en fiestas y Lázaro un mendigo, que moría de hambre.
Se mueren, el rico se va al infierno, no por ser rico, sino por no participar de sus riquezas con los pobres y Lázaro se va al cielo por haber soportado hambre y humillaciones. Esto nos enseña:
1.- Que hay un conecte entre esta vida y la futura, y la futura depende de esta vida, si regalas y repartes tus bienes y ayudas a los enfermos, tendrás una vida futura, si no, no esperes más que castigos.
2.- Cuando era un niño, enterraron al más rico de mi pueblo, que de joven vendía camotes y un día fue a la cárcel y un preso le confesó en donde tenía 4 costales de oro que habían robado a las caravanas que pasaban con la raya de los mineros de Guanajuato, bajo la promesa de darle la mitad a la esposa del preso, cosa que nunca hizo y este rico se preciaba de tener la tierra hasta donde la alcanzaba la mirada y enterraron al rico. Les pregunto: ¿La tierra nos pertenece? O pertenecemos a la tierra. Toda la vida construyendo casa para que a los 8 días de muerto, la mujer mete a otro cabrón a su casa y se acuesta con él.
3.- Cuantas veces los banqueros se quedan con la cuenta de los ahorradores cuando mueren. Este mundo material es pura ilusión, nosotros pertenecemos a la eternidad.
San Pablo nos recuerda que Cristo es el primogénito de los muertos, para ser eternos tenemos primero que morir, no tengan miedo a la muerte. Dejemos lo material, basta estar sanos, tener que comer y qué vestir.
Busquemos la santidad, todos podemos ser santos, acerquémonos a la misa y a la confesión y ayudemos a los pobres, dice San Juan: cómo podemos amar a Dios a quien no vemos si no amamos al prójimo, a quien si vemos.
Amos es profeta, adivinó la injusticia del tiempo de Cristo y adivinó nuestra situación actual porque la actitud de los ricos nunca cambia; la mayoría del pueblo no comía siquiera una vez carne a la semana, mientras que otros la comen 2 veces al día. Este abismo hay en México entre pobres y ricos, es el mismo abismo entre el cielo y el infierno.
Los sacerdotes no debemos refugiarnos en la espiritualidad, predicamos la espiritualidad y pedimos lo material: $, no nos hagamos tarugos, nos manda Cristo predicar y curar a los enfermos, si no tenemos dinero hay que pedir limosna para curarlos.
Los Fariseos creían que las riquezas eran un premio a su buena conducta y despreciaban a los pobres porque creían que era un castigo a su mala conducta, por eso Cristo los trataba de hipócritas.
Lázaro comprendió que la pobreza de Cristo era su riqueza, igual que Lázaro, su pobreza le valió el cielo, ¡ojo! Padrecitos dinereros.
El rico pedía que Lázaro resucitara y fuera a ver a sus 5 hermanos, pero no se convierte la gente por un milagro, sino por la lectura de la Biblia. En el año 722 a. de c., cayó el Reino de Samaria como profetizó “Amos” por no hacerle caso.
Comentario de buen humor:
El Padre Pistolas le dice a una solterona: hija eres muy trabajadora y aguantas todavía un piano. ¿Por qué no te casas?
Y responde: Padre, tengo un novio pero vive en otra nación.
¿En cuál nación hija?
En mi imaginación.
¡Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas invita a compartir con los pobres la riqueza material
Alfredo Gallegos Lara dice que los hombres deben buscar la salvación