Domingo 13 de junio de 2021
En San Marcos, aparecen 2 parábolas de Cristo: la primera es una parábola que sólo en el propio San Marcos está, que es “la de la semilla que se siembra y va creciendo sin que el campesino se dé cuenta”. La parábola del agricultor paciente y la segunda es “la del grano de mostaza, muy pequeña pero que se convierte en un árbol”.
El género de parábolas de Cristo es un esfuerzo de dar a conocer a la gente sencilla las verdades divinas y también a las personas cultas de una forma más sencilla, estas verdades por lo tanto es reprobable e inútil la predicación de los sacerdotes que por lucirse, buscan palabras rebuscadas y que traen como consecuencia halagos por predicar bonito, pero la gente sin ninguna convicción de corregirse y motivarse a una verdadera conversión. Es algo que con los años he comprendido y practicado con la crítica de gente mensa, hipócrita y que no me van a hacer cambiar porque solo Dios sabe de verdad quién es el que se corrige.
Estas parábolas no son originales de Cristo, sino que desde Platón ya se oían entre la gente, pero eso no le quita la razón. No se trata sólo de verlo con los ojos y la razón, sino con la fe porque de 12 apóstoles, la iglesia se ha convertido en 1,300 millones de católicos.
San Ignacio de Loyola con sus jesuitas y Francisco de Asís con sus frailes menores comenzaron con 6 amigos y ahora son miles y miles, a pesar de haberse enfrentado en México con la violencia de los conquistadores españoles. Está claro que el que hace germinar y crecer la semilla es Dios sin intervención del hombre y nosotros tenemos ausente a Cristo de nuestras vidas y no debe de ser así, él está en el centro de nuestras vidas. Cristo habla a las multitudes con parábolas pero se las explica aparte a sus discípulos. Que nos falla en las curaciones milagrosas y en la falta de conversión de los fieles, nos falla la fe que ni siquiera es del tamaño de una semilla de mostaza.
Cristo nos exige una fe grande, no mediocre, porque la lucha es grande en contra del mal. Quien tiene fe posee el reino de los cielos, reino que está dentro de nosotros como la fe que también está dentro de nosotros. Cristo nos pide ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas; el mal se vence con el bien, yo que soy el padre pistolas sé que el arma más poderosa es la bondad, con la que Cristo venció a todos sus enemigos.
Cristo espera mucho de nosotros porque nos ha dado todo lo necesario para ser santos y dar buenos frutos. El creyente tiene un pie en este mundo y otro en la eternidad, vive de fe. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal para recibir el premio o el castigo.
Comentario de buen humor:
Le dice un charro a otro: este caballo repara.
Compadre, todos los caballos reparan.
¿Televisiones?
¡Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas pide ser prudente ante los asuntos de la vida
Alfredo Gallegos recuerda que la bondad es la mejor arma para vencer al enemigo