Domingo 11 de abril de 2021
Ahora aparece al final de evangelio de San Juan, las apariciones de Cristo en el Cenáculo a los apóstoles que estaban a puerta cerrada por terror a los judíos, los saluda con el conocido saludo “judío”: “la paz este con ustedes”, que también significa que Dios les socorra todo lo que necesiten.
La primera vez, no estaba el incrédulo de Santo Tomas y la segunda Cristo le saca la confesión de fe más hermosa: “Señor mío y Dios mío”. Mucha gente incluyendo sacerdotes y monjas, dicen que si me hubiera tocado ver a Cristo resucitado tendría “una gran fe”; es una vil mentira, lo digo porque unas personas lo vieron salir de la tumba resucitado y en lugar de dar testimonio, por el temor a ser ejecutados y por una mordida que les dieron los sumos sacerdotes, se dedicaron a mentir diciendo que “mientras dormían, los apóstoles se robaron el cadáver de Cristo”. Méndigos mentirosos y corruptos, sí estaban dormidos ¿cómo se dieron cuenta que los apóstoles se robaron el cadáver y si, sí vieron que se robaron el cadáver, entonces no estaban dormidos. En verdad no necesitamos ver para dar testimonio de la resurrección de Cristo, por eso dijo. “dichosos los que creen sin haber visto”.
Cristo se regresó con su padre celestial al cielo, pero nos dejó al espíritu santo y nos mandó a sacerdotes y toda clase de cristianos a predicar; me da gusto que a través del internet, millones de personas vean mis sermones. Nos mandó a curar enfermos, cientos de enfermos recibieron mi apoyo para operarse, nos mandó a resucitar muertos y se me han levantado 5 personas de la caja con oración y los santos óleos.
Ahora quisiera tratar la utopía, que viene en los hechos de los apóstoles. Vivían un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie lo consideraba suyo, nada de lo que poseían como utopía, pero es necesario tener un ideal, como el obispo Tata Vasco -primer Obispo de Michoacán-, que de lo que ganaba que era mucho, lo empleaba en comprar tierras para los indígenas y darles un oficio; guitarras, loza de barro, sombreros, guaraches, cobre, bateas, etc.
Pero hoy en día, tan llenos de egoísmo, de cinismo y ambición, parece imposible esa utopía, sin embargo los primeros cristianos si lo experimentaron y sí que siendo posible y además es obligatorio, por mandato de Cristo. Tristemente veo que los primeros que no lo practicaron y por el contrario tratan de tener ventajas somos los sacerdotes y monjas, es casi imposible que el sacerdote suelte $500.00 (quinientos pesos) para una medicina del prójimo.
Alguna vez dije, que alguno dijo: si tuviera dos carros regalaba uno, gallinas no doy porque de esas tengo varias. Otro me pidió una chamarra de piel, se la di y nunca lo volví a ver en misa.
Comentario de buen humor:
Sale una pareja de un cabaret y llaman a un taxi, iban haciendo el amor y se decían: “hay, me muero”.
Entonces, se para el taxi y les dice: ni madre, ahora me pagan antes de que se mueran, ¡méndigos!.
¡Que Dios los bendiga!.
Alfredo Gallegos dice que sobre Cristo, “hay que creer, sin ver”
El Padre Pistolas pide no olvidar la humildad ante la ambición del dinero