Alfredo Gallegos Lara
Domingo 21 de abril de 2019.
AMEN A CRISTO PARA QUE CREAN EN ÉL.
Aparece en el Evangelio de San Lucas, el pasaje de los peregrinos de Emaús, pueblo muy cercano a Jerusalén. Uno de ellos era Cleofas, el mismo día de la resurrección y aquel peregrino que no era otro más que Cristo, por más que les explicaba y los pendejeaba, no entendían y no lo reconocían, si no hasta que partió el pan y pronunció la oración acostumbrada y se desapareció.
Por ser el misterio en contra del cristianismo, la de Cristo y resurrección nuestra, es muy extensa su doctrina y difícil de resumir.
Lo primero que quiero explicarles es que la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección no es algo lejano y ajeno a nuestra vida, Cristo lo hizo por toda la humanidad y para todos los tiempos, las cosas de Dios no son temporales, porque Dios es eterno. Les voy hacer una comparación: Hidalgo, Morelos, Allende, etc., lucharon para liberar a todo México y para siempre o ¿solo para los hombres de su tiempo y solo por los paisanos que ellos conocían?
Claro que nosotros salimos beneficiados de su lucha y su muerte, no se hagan pendejos, y así Cristo murió y resucitó por nuestros pecados y nuestra salvación y no me salgan con que yo no soy culpable de la muerte de Cristo, yo en ese tiempo ni siquiera había nacido, si no fuéramos pecadores todos los pasados, los presentes y los futuros hombres no habría necesidad de la muerte de Cristo.
Mucha gente no cree en la resurrección de Cristo ni en la nuestra, piensa que después de la muerte sigue la nada, por lógica no piensan en la vida espiritual, solo en lo material, por eso San Pablo escribe a los colosenses: ustedes murieron a lo material con Cristo y ha resucitado para que se dediquen a lo espiritual.
El elemento principal de la fe es el amor y antes de amar a una persona se le debe tener fe, la Magdalena que no era ninguna prostituta, ni amante de Cristo como la sacan en chistes y películas de Hollywood, si no una santa, amaba tanto a Cristo que no la detuvo ni la muerte, no esperó al amanecer por ir a embalsamar a Cristo. En otros Evangelios son mencionadas, María la madre de Santiago y Juan y María la madre de Judas Tadeo y el otro Santiago, pero en este ni siquiera son mencionadas y Magdalena ni siquiera se asomó a la tumba, le bastó la voz del joven que le dijo “María” para reconocer a Cristo.
San Juan fue el primero que creyó en la resurrección de Cristo y le bastó ver la tumba abandonada, la sábana y el lienzo que le ponían a los muertos en la vara doblados en sitio aparte para creer, si lo hubieran robado al cadáver, lo primero que se llevan son los lienzos.
Tengan fe en la resurrección como San Juan sin ver, pero primero a Cristo tengan fe en él y hagan buenas obras, confiésense, sino son unos habladores.
Iba en un taxi una señora con su hija y ven unas damas.
¿Mami que hacen esas señoras?
Esperan que salgan sus maridos hija.
Señora, dígales la verdad, que son prostitutas.
Mami y las prostitutas ¿tienen hijos?
Claro, hija ¿de donde crees que salen los taxistas?
¡Que Dios los bendiga!.
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