Domingo 30 de mayo de 2021.
Aparece en el evangelio de San Mateo, el anuncio de la santísima trinidad. Quiero aclarar que la santísima trinidad es un misterio, pero misterio no es algo inventado, obscuro, abstracto o imaginario. Misterio es algo real de lo cual comprendemos una parte y otra no ni la conocemos y en este caso, por una razón muy sencilla, es muy grande, imposible, de que quepa en una cabeza de 25 centímetros de diámetro tan gran verdad que es el mismo Dios único, pero con tres personas distintas.
Esta trinidad en un solo Dios es lo que más nos distingue y lo que más nos hace muy distintos de otras religiones, se les hace inconcebible.
La frase más famosa de nuestra religión es esta: “tanto amó Dios al mundo, que envió a su hijo único para que muriera por todos y no se pierda ninguno de los que creen en él”. Hay mucha devoción por muchos santos y poca devoción por la santísima devoción y es un error porque cada santo se santificó precisamente para proponer su mente, su tiempo y su amor en la santísima trinidad; los demás santos salvo la santísima virgen María, fueron pecadores. Esta trinidad es el mismo Dios que actuó desde siempre cuando hizo a Eva y Adán, los hizo hombre y mujer, en qué momento aparecieron los jotos y lesbianas porque eso no los hizo Dios, sino que los ‘echaron’ a perder los hombres y precisamente los violaron sus parientes o las masturbaron a las niñas sus mismas tías.
Los profetas como Elías, Natán del mismo rey David, fueron inspirados por el espíritu santo. Dios nos ama y por eso haré todo y se alegra cuando recupera a sus hijos perdidos. Cuántas personas, sobre todo las mamás, me hablan por teléfono para que su hijo borracho, drogadicto las hacen diabéticas, cardiacas y deprimidas y les contesto que a los borrachos ni la cruz roja los levanta, que no se preocupen y los dejen que se los lleve la fregada, ya que nadie les mete la cerveza o la droga a huevo si no que ellos se la meten solos y me contestan: pero es mi hijo y les digo sí, pero son pendejos; usted cuide su salud porque les va a dar un ataque cardiaco o se van a morir de diabetes sin necesidad.
Dios nos ama como si fuéramos los únicos en el mundo. Dios no nos condena, nos condenamos nosotros mismos. Cuando alguien me dice que es un hombre normal, pues el hombre normal se condena porque es normal que se condene por no luchar, sacrificarse y entregarse totalmente al amor de Dios y al servicio de los demás, el hombre normal es una vasca, lo mismo un sacerdote normal Dios no lo quiere, lo vomita aunque sea sacerdote. Se trata de convertir a los descarriados y no de pasarse la vida muy cachetonamente, haciéndole la barba al obispo y comiendo con las señoras piadosas y ricachonas. El espíritu es el que da la vida. La trinidad es como las mujeres, puedes quererlas pero, nunca comprenderlas.
Comentario de buen humor:
La adivina le dice al joven: “Conocerás a una linda chica…”
Pero señora, “soy joto”.
Pérame tantito, es que te presentará a su guapo hermano.
¡Que Dios los bendiga!.
Alfredo Gallegos pide a la feligresía amar más a Dios
El Padre Pistolas recuerda que la Trinidad es un misterio real