Domingo 05 de mayo de 2019
CRISTO NOS PREGUNTA: ¿ME AMAS?
En la tercera aparición de Cristo a sus apóstoles y al resucitado fue en la orilla del lago de Tiberíades, que es llamado anteriormente mar de Galilea y más atrás lago de Genesaret.
Era de madrugada, no lo reconocían Pedro y otros 6 apóstoles los más queridos de Cristo. Se pusieron a pescar confiados en su experiencia y no pescaron ni madre. Cristo los manda a los muchachos a lanzar la red a la derecha como 3 años antes y sacaron 153 peces grandes y no se rompió la red.
Cristo les tenía un pez y pan para almorzar, no era un fantasma y al ver la pesca milagrosa Juan lo reconoce, le dice a Pedro y éste se lanza al agua, pero no en calzones, se puso la túnica. Nadie se atrevía a preguntar: ¿quién eres? porque sabían que era Cristo, el “siempre viviente”.
Lo interesante fue que Cristo le pregunta 3 veces ¿Pedro, sí me amas más que estos? Y muy humilde y triste le contesta: “tú lo sabes todo, tu sabes que te amo”.
Los fracasos de Pedro, primero el no pescar nada y el segundo la tripe negación el jueves santo de ser amigo de Cristo, no apachurraron al propio Pedro sino que lo superó y ahora lo vemos en los hechos de los apóstoles valientemente predicando en el templo, reprochándole a los sumos sacerdotes haber matado a un inocente y liberando a un delincuente, cuando ya Pilatos lo había declarado inocente y cuando Herodes también, a pesar de prohibiciones de azotes (39) y encarcelamientos le contesta a los sumos sacerdotes: “tenemos que obedecer primero a Dios que a los hombres”.
Esta frase la dije a mi arzobispo, me prohibió construir carreteras, hospitales, escuelas, drenajes, pozos de agua potable, etc. Que según el arzobispo le corresponde al gobierno y no a la iglesia y que yo era un mal ejemplo para los demás sacerdotes.
La respuesta de Pedro a Jesús es muy importante porque no hay algo más importante para Dios y debería de ser también para nosotros, que el amor puro y verdadero, que no es otro que el amor a Dios sobre el dinero, el poder y la propia vida, y el amor al prójimo, que van juntos, no es posible uno sin el otro.
Mas para los pastores, como los sacerdotes que si no lo hacemos con amor y por amor no somos buenos pastores, por lo tanto no importa que no tengamos cuentas bancarias, casas, carros lujosos y demostremos ese amor sirviendo verdadera y desprendidamente a los fieles y a nuestros parientes si no somos sacerdotes.
Las palabras del ángel que libra a los apóstoles de la cárcel es lo más importante; vayan y prediquen a vivir este nuevo reino y la última palabra que le dice Cristo a Pedro: “sígueme, nos toca a cada uno de nosotros, tenemos la obligación de evangelizar por lo menos a otro cristiano”.
El Padre Pistolas oye en un taller mecánico: Tu papá se casó en Veracruz con una mujer muy fea.
¿Que tan fea? Le dice el ‘maistro’.
Vamos a recorrer todo Morelia, casa por casa y sí encontramos una mujer más fea que esta, me das un balazo en la cabeza.
¡Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas con su arma que siempre lo acompaña
Alfredo Gallegos predica la palabra de Cristo: ¡No matarás!