Domingo 15 de diciembre de 2019…
En San Lucas aparece Juan el Bautista, encarcelado en la fortaleza de Maqueronte por órdenes de Herodes, por haberle dicho que no le estaba permitido estar en amasiato con Herodías, mujer del hermano Filipo, y mandan a dos de sus discípulos (más tarde también discípulos de Cristo) a preguntarle si él era el Mesías esperado o tenían que esperar a otro y Cristo no responde si sí o no, sino que les manda decir la señal que había profetizado Isaías el profeta:
1º. Los ciegos ven
2º. Los cojos andan
3º. Los muertos resucitan
4º. Los leprosos quedan limpios
5º. Los pobres son evangelizados
San Juan oía, pero por estar en la cárcel no veía y manda a sus discípulos para que se convenzan y definitivamente los abandonan y se vallan con Cristo.
Cuando se van los discípulos, Cristo comenta a los oyentes que Juan tenía sus convicciones fuertes, no es como las cañas que apuntan para donde sopla el viento que Juan vestía pobremente y comía más pobre todavía, un profeta y más que un profeta.
Nosotros los sacerdotes y obispos debemos aprender de Juan estas virtudes:
Tener convicciones fuertes como no meterse con ninguna mujer, no hacer negocios con nada, no dejarse presionar o comprar por ninguna autoridad civil, predicar con productos de gallina, yo le digo: me confunden con costal de boxeador, borrachos me echan para abajo de la carretera por no chocar y todavía me dicen ora guey y según algunos, me tengo que quedar callado porque soy padrecito, que debo traer un rosario en lugar de la pistola, que no les diga que algunas mujeres andan de cuscas. Se llevan al querido a cambiar el cheque que les manda el marido del norte y luego a comer camarones y algunas hasta el hotel, que los maridos tienen muchas u otra mujer en el norte y tienen abandonada a la mexicana, que no sean borrachos, rateros, adúlteros, que lleven a sus hijos a la escuela sobre todo a los del Kínder, que los lleven al templo, a misa y al catecismo y se enojan, a la iglesia vamos a:
1º. Animarnos a seguir haciendo cosas buenas,
2º. A resignarnos, aceptar las cosas que no podemos cambiar.
3º. A cambiar las que estén mal
Si quieren diversión y escuchar puras cosas agradables métanse a un jaripeo, a un cine o a un circo, pero no a una iglesia, todo es por el bien nuestro, tengan en cuenta que no somos dueños de nuestra vida y tarde o temprano tenemos que entregar cuentas a Dios. Los candidatos a ser autoridades cuando se emborrachan se justifican:
“Que nadie cumple con lo prometido, en campaña”, lo que cuenta son las obras. ¿Porque los pedos apestan? Para que los sordos también los gocen.
Comentario de buen humor:
Un hombre muy peludo va a consultar un médico y le dice: Doctor, que padezco?
El doctor le contesta: Padece un changuito.
¡Que Dios los bendiga!.
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