Reflexión Dominical del Padre Pistolas, A VECES SOMOS BUENOS Y A VECES SOMOS MALOS.

Domingo 19 de julio de 2020…

Hoy se nos presentan en San Mateo tres parábolas. La cizaña.
Esta parábola nos muestra varias verdades: Existe el mal y el enemigo principal del hombre, el demonio. Tenemos que convivir siempre al bien y el mal.

Dios no castiga de inmediato al malvado, sino que da tiempo al pecador para que se convierta de cizaña en trigo y a su vez siempre existe la posibilidad de que el justo se convierta en malvado, dada la libertad humana, pero recordemos que “todo contribuye en el bien de los que aman a Dios”.

La conversión es cosa más de la acción de Dios que del hombre, igual que la cosecha depende más de la voluntad de Dios, lluvia, sol, libre de granizos y plaga, inundaciones, etc. Los cristianos no podemos vivir como en una burbuja de bondad, sino que tenemos que influir en la sociedad eclesial e influirla, mejorarla hasta el día de nuestra muerte.

El reino de los cielos no es explicado ni por Cristo, ni por los apóstoles, simplemente se dedicaron a anunciar su llegada. Aparentemente todas las personas somos iguales, solo con el tiempo se conocen, si son buenos o malos, se distinguen por sus obras buenas o malas.

La parábola debe ser inteligible por todas las personas por usar un lenguaje sencillo y acomodado al público, porque habla de lo que hacen diario toda la vida. En pocas palabras las parábolas nos enseñan el actuar de Dios para seguir su ejemplo, y así humanizarnos, entre más nos parecemos a Dios, más nos humanizamos. Tenemos que convivir y respetar la vida de todos los que nos rodean, aunque no sean de nuestra religión y de nuestra forma de pensar.

La parábola del grano de mostaza.

Los cambios en la iglesia son lentos, como lento es el crecimiento de un arbusto de mostaza, no debemos de esperar un cambio de trancazo. Esta parábola nos demuestra que las cosas buenas que hacemos por pequeñas que sean, se pueden convertir en algo grandioso como la semilla de mostaza. Los apóstoles eran 12, ahora somos mil doscientos católicos en el mundo; ahora se trata de la calidad de vida del cristiano.

La parábola de la levadura; nos demuestra que el cambio es muy discreto, casi no se nota, como el puño de levadura, pero finalmente termina transformando toda la masa, no debemos desanimarnos porque no se note el cambio, un día vendrá esto; nos cuesta sacrificios y a veces hasta la muerte.

Comentario de buen humor:
Padre, ¿es cierto que ya encontraron un remedio para ese pinche coronavirus?
Si, hijo.
¿Y cómo se llama esa sustancia?
Se llama nitrato de salir.
¡Que Dios los bendiga!.


El Padre Pistolas invita a todos a difundir la palabra de Cristo


Alfredo Gallegos destaca que todo cambio es lento, pero seguro