Domingo 10 de noviembre de 2024. A DIOS NO LE INTERESA LO QUE TIENES, SINO LO QUE ERES.
La lectura de hoy trata de dos mujeres viudas que están en la vil miseria. Dan todo lo que tienen, una gran fe, la viuda de Sarepta, un territorio enemigo de los judíos que le hace un pan al profeta Elías cuando huía de la malvada Jezabel, reina judía y nunca se vacía la tinaja de la harina y la jarra de aceite; y la otra, una viejita que le pone en una de las 14 alcancías, 2 monedas llamadas “delgadas” que estaban frente al cuarto del “tesoro” que era lo único que tenía la viuda para vivir. Les dice a los apóstoles que esta viuda dio más que todas los méndigos escribas y fariseos que daban de lo que les sobraba y además les quitaban las casas y las tierras a las viudas y huérfanos, una gran injusticia porque a Dios no le interesa lo que tienes sino cómo eres. ¿Qué tan generoso o tacaño eres?
Hoy en día también hay una actitud como la de los escribas y fariseos, somos demasiado tacaños y ambiciosos todos y medimos muy bien a quien favorecemos, siempre pensando en sacar ganancia y beneficios. Los grandes artistas y actores de cine no se diga los políticos, dan algo como para mejorar de imagen desgastada por ladrones y presunciones con aviones, carros de millones de dólares, residencias lujosísimas, amantes, hermosos de una moral muy baja por no decir una mala palabra muy pocos generosos que “Mané” un futbolista, que es negrito, y regala los 18 millones de dólares en casas, hospitales, centros deportivos para sus pobres paisanos mientras trae un reloj de cien pesos.
Reflexionemos para qué trabajamos y acumulamos bienes, que una casa para mí y otra para mi hijo; otra para mi hija, que otro carro para mi vieja, de repente nos sorprende la muerte, la enfermedad, el accidente y nos vamos de este mundo para el otro con las manos vacías y nos condenamos por no acumular ese tesoro verdadero en el cielo que nos repite Cristo que debemos tener. Cuando dice que cuando le damos a uno de sus pequeños se lo damos a Cristo, nunca he acumulado bienes, no paro de hacer templos, carreteras, escuelas, curar enfermos y Dios siempre me socorre.
Cristo vivió y murió pobre, gran riqueza es la pobreza. Cuando les dijo a los apóstoles que no llevaran dinero ni tantas sandalias y ropa, se refería a nosotros los sacerdotes y cuando regaño a mis compañeros que tienen un montón de casas y negocios, me contestan que los adquieren honestamente, que no roban. Les digo que el mejor negocio del sacerdote es no tener negocio para que la gente nos done lo que necesitamos y hay un gran panorama para ayudar a la comunidad: templos, escuelas, hospitales, carreteras que están todas en mal estado, o no tienen, etc.
Tengo máquinas y camiones porque he dicho siempre que el progreso entra por las carreteras y la salud por la boca, doy mucho trabajo a la gente y les informo que no tomen refrescos, comida enlatada, McDonald, pizzas, hagan ejercicio, no fumen, etc.
Humor:
Mamá, dijo Pepito: ayúdame hacer la tarea de matemáticas.
Dile a tu papá.
Mi papá no sabe de matemáticas, pues oí a la criada que hablaba por teléfono y decía: Mi patrón nunca pasa de dos.
Que Dios los bendiga!.
El Padre Pistolas destacó que lo importante siempre es el ser y no el tener. La persona vale por lo que es, no por su dinero
Alfredo Gallegos recordó que lo material no importa, pero sí lo espiritual, pues al morir, nada nos llevamos