Domingo, 04 de agosto de 2024. BUSQUEN AL PAN, QUE NO PERECE
Continúa el evangelio de San Juan y nos cuenta que Cristo se da cuenta de que muchos lo buscan solo porque les dio de comer, y no por buscar su persona y su doctrina. Ciertamente, la comida es importante, pero su doctrina lo es aún más. Empieza entonces un tema crucial: la Eucaristía. Les dice que el “maná” se los dio Dios, su Padre, y que no fue Moisés. Pero ese maná no era el verdadero pan del cielo, porque Moisés lo comió y murió. En cambio, su propio cuerpo y sangre sí son el verdadero pan del cielo, porque quien los coma, no morirá para siempre.
Aunque en segundo término, el pan normal también es necesario para vivir y es el principal elemento de caridad hacia el prójimo, porque a un estómago vacío no le interesa la palabra de Dios. La Iglesia como tal ha olvidado que es la principal bienaventuranza y debemos hacer mucho por los hambrientos.
Cristo nos hace ver que el pan es perecedero y que debemos esforzarnos por el pan, la doctrina y la paz espiritual que duran hasta la vida eterna, el pan del cielo, la Eucaristía, igual que le dijo a la samaritana que le daría el agua para la vida eterna. Esto significa que pedirle a Dios que nos solucione todo en la vida no es saludable, porque nos corresponde a cada uno estudiar, pensar y trabajar para resolver nuestros problemas, no solo pedirle todo a Dios. Eso no es oración; la verdadera oración consiste en pedir y hacer la voluntad de Dios y, sobre todo, también ofrecerle algo a Dios, especialmente nuestros pecados en una buena confesión.
La obra de Dios consiste en buscar a Cristo y tener fe en Él. Los protestantes afirman que con la fe basta porque Cristo nos salva por sus méritos y su muerte. Nosotros afirmamos que también se necesitan las obras. Nuestra felicidad y la de los demás dependen mucho de nosotros. Para eso debemos acercarnos a Él, parecernos a Él, imitar sus virtudes: humildad, perseverancia, sinceridad, misericordia y, sobre todo, amor. Más que comida, la fe es nuestra existencia. Si hubiera más fe, no habría tanto secuestro, extorsión y asesinato.
Los niños necesitan que sus madres estén con ellos y los adolescentes con sus padres. Esa es la verdadera solución a la violencia, no el divorcio o irse a los Estados Unidos y regresar cada 2 o 3 años a emborracharse en los jaripeos con malas mujeres. Llegan ya viejos, solo para morir, y ¿quién cuida a los hijos? ¿Qué imagen paterna tienen?
El ateísmo va en aumento y ya lo ven como algo muy natural. Culpan a Dios de la maldad humana, cuando esta se debe al mal uso de la libertad. La libertad es necesaria para ser semejantes a Dios, poder amar, hacer el bien y evitar el mal, teniendo méritos en ello. Debemos ver en la naturaleza su creación, en la lluvia su mano, y no decir que son solo fenómenos naturales.
Decían los judíos, “Ojalá hubiéramos muerto en Egipto”, pero no solo de pan vive el hombre.
Humor:
El padre le pregunta en la confesión: “¿Y la falta que cometió ese muchacho fue contra la castidad?”
“No, padre, fue más bien contra la pared”.
Dios los bendiga!.
Alfredo Gallegos destaca que la fe es necesaria para el buen cristiano
El Padre Pistolas dice que “no sólo de pan vive el hombre”, sino también de amor