Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas,
Colaborador del Periódico “El Ciudadano”
Por estrategia, necesidad, convicción o programación, normalmente los sacerdotes durante el año acostumbramos a participar en eventos de estudio de espiritualidad, de organización u otros contenidos con el objetivo de iluminar, potenciar, aclarar, fortalecer… el trabajo pastoral al que estamos empeñados diariamente.
Hemos terminado uno (del 3 al 5 de junio) sobre las acciones y pensamientos de algunos de los Padres de la Iglesia en la construcción de Paz al interior de las personas, en la iglesia y en la sociedad de su tiempo. Por su antigüedad (S.1), por su profunda sabiduría, por la fuerza de su fe (santidad) fueron dando forma a la Iglesia de los primeros años; por eso, la importancia de este estudio desarrollado por sacerdotes expertos en esa materia.
El tema de la paz, su atención y tratamiento en el nivel de prevención de la violencia, atención a víctimas de ella y reconstrucción personal, comunitaria y social es una realidad que debe ser asumida de manera consciente e incorporar de forma general en la pastoral.
La Paz se traduce en el bienestar y concordia que Dios da a sus hijos para una sana armonía con El, con los demás, consigo mismo y con la naturaleza; la paz es el Don de Dios, es una Persona, es Jesucristo. Él ha venido a reconstruir en nosotros la imagen de hijos de Dios, la casa común y el cosmos.
Al trabajar por la paz no solo podemos pensar en una paz negativa, como ausencia de violencia contra la vida humana y todas las injusticias que la van alimentando, sino que consiste en poner en el centro a Jesús y su proyecto del Reino de Vida. Por lo mismo no se puede aplazar si no es urgente considerar la reconstrucción, junto con toda la sociedad, del tejido social como parte medular de nuestra pastoral. Siendo así las cosas, lamentablemente uno de los vacíos que se sintieron en el estudio fue que no llegamos a conclusiones operativas. Lástima porque los participantes fuimos un grupo que atiende buena parte de la ciudad de Morelia.
La Comisión de Pastoral Social Diocesana tiene varias dimensiones entre las cuales está la llamada Fe y Compromiso Social. Ésta sería la más indicada para acompañar el proyecto de construcción de paz; desde hace no mucho tiempo esté proyecto viene manejando varias metodologías como Sembradores de Paz (para niños); Cantando a los Leones (adolecentes); el GAM (Guía para Acompañar a Grupos de Apoyo a Mujeres); Familias Fuertes; Reconstrucción del Tejido Social; Acompañamiento a Personas Afectadas por la Violencia. Cada una de estas metodologías tiene una gran riqueza de herramientas.
Los responsables ojalá puedan intercambiar experiencias para lograr mayor eficacia. Los Padres de la Iglesia, desde luego; pero hoy, a nosotros nos corresponde el aterrizaje.
Todo sacerdote debe trabajar por la paz social
Los grupos pastorales ayudan a unir a la familia