Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas,
Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”.
Falleció el martes 6 de abril el sacerdote teólogo católico Hans Küng, quien sin dudarlo, es un pensador que clama por regresar a la radicalidad de las enseñanzas originales de Jesús.
Muchas de las reformas emprendidas por la iglesia a partir del Concilio Vaticano II tienen como inspiradores al teólogo suizo Hans Küng y al alemán Ratzinger (Papa Emérito Benedicto XVI), ambos invitados por el Papa Juan XXIII como peritos; apenas rebasaban en su época los 30 años.
Küng nace en 1928 y muere a los 93 años en Sursse (Suiza), estudia filosofía y teología en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma. En 1954 es ordenado Sacerdote. Se desempeña como profesor de teología en la Universidad de Tubinga (Alemania). Sus escritos son enciclopédicos, traducidos a medio centenar de idiomas y leídos en todo el mundo. Los artículos han sido publicados en los mejores periódicos y revistas del planeta; la repercusión e inspiración que provocan es notable, ya sea en el campo teórico como en el aspecto pastoral, motivan al diálogo y al intercambio, inducen a la creatividad, impulsan al cuestionamiento personal y social.
El 18 de diciembre de 1979 la Congregación para la Doctrina de la Fe le retira la licencia para enseñar como teólogo católico.
Entre las opiniones de Küng que le valen esta suspensión, sobresalen la que sostiene sobre Lutero y el movimiento de Reforma del siglo XVI. Para él, la reforma de Lutero es un cambio enorme donde chocan dos paradigmas: el evangélico protestante contra el católico romano medieval. Lutero puso el énfasis en la libertad de los cristianos. La discusión sobre la salvación y reflexión práctica de la iglesia sobre el evangelio se convierte rápidamente en una discusión diferente, ahora sobre la autoridad e infabilidad del Papa y los Concilios.
El análisis que hace sobre el actuar de los Papas últimos, lo lleva a insistir sobre el alejamiento del espíritu y normas del Concilio Vaticano II y pone como raíz limitante de esta renovación, la doctrina de la infalibilidad del magisterio.
En marzo de 2016 dirige una carta al Papa Francisco donde insiste sobre este mismo punto: “Solicito que tenga lugar en nuestra iglesia una discusión libre, imparcial y desprejuiciada de todas las cuestiones pendientes y reprimidas que tiene que ver con el Dogma de la Infalibilidad…”.
Con el actual Papa cruzan cartas de amigos. Este ahora asume el programa de Küng para una “ética mundial”. Küng en palabras cuasi-proféticas, lo expresa de esta manera: “No habrá Paz entre las naciones, sin paz entre las religiones; no habrá paz entre las religiones, sin diálogo entre las religiones; no habrá diálogo entre las religiones, si no se investigan los fundamentos de las religiones”.
Ojalá ahora, aunque sea después de su muerte, se le reconozca lo que el mundo ya ha hecho con creces.
Hans Küng buscaba una reforma real al interior de la Iglesia católica
Las obras del teólogo fueron traducidas a medio centenar de idiomas