José Luis Camacho Acevedo,
Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”…
Por primera vez, después de 1943, un presidente en Estados Unidos ordena toque de queda y amenaza con los militares en las calles para sofocar las protestas. El racismo y el carácter dictatorial de Donald Trump ha puesto al país de cabeza.
El presidente estadounidense volvió a apelar a una comparación de sí mismo con Abraham Lincoln, al referirse a la comunidad afroamericana en medio de las masivas protestas contra la violencia policial. “Mi administración hizo más por la comunidad negra que ningún otro presidente, desde Abraham Lincoln”, afirmó el mandatario en su cuenta de Twitter.
Nada más falso y errado. Sus palabras día a día no hacen más que enterrarlo en un terreno fangoso y sin salida. El discurso de Trump es confuso y errado, se aleja del pueblo sin darse cuenta.
Donald Trump se proclamó como “presidente de la ley y el orden”. Ni una ni otro parecen en este momento en los Estados Unidos como valores en alza: el presidente debió dar su discurso protegido por una fuerte guardia armada, apenas salido del ‘bunker’ de máxima seguridad de la Casa Blanca.
Mientras miles de manifestantes protestaban por el nuevo caso de brutalidad policial, al que asocian a racismo institucional: la muerte de George Floyd, Trump se declaró “amigo de los manifestantes pacíficos”. Sin embargo, unos y otros fueron atacados por fuerzas policiales, sin aludir a que hace unos meses los llamó “hijos de perra” o apenas ayer como “anarquistas de izquierda”.
No contento con eso, Trump reclamó a los Gobernadores que retomen el control de las calles de Estados Unidos y decidió enfrentarse a ellos. El mandatario estadounidense aseguró a los Gobernadores que deben incrementar la cantidad de arrestos y mostrar “dominio” ante los disturbios, los cuales han tenido lugar en las marchas que fueron catalizadas por la muerte de George Floyd a manos de un policía. De lo contrario, indicó, se verán “como un grupo de idiotas”.
Las protestas en México no han escalado de esa forma, principalmente porque el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre se ha caracterizado por estar del lado del “pueblo”, así salió a las calles con el gasolinazo de Enrique Peña Nieto o el fraude del 2006. Lo que vemos acá son protestas superfluas de sectores de la población que no quieren ni bajarse del auto.
No obstante, un mal manejo de la pandemia puede provocar el enojo de la población que resulte más afectada en todos los sentidos: salud, economía e inseguridad, por ello, AMLO debe ver en EUA un reflejo de lo que podría pasar en México.
Trump enfrenta serias manifestaciones en los Estados Unidos
La muerte de George Floyd enojó a la comunidad afroamericana