Está en marcha la campaña para el desarme voluntario de la sociedad, lo que en esta época de violencia es urgente y necesario. O al menos, “en algo” habrá de ayudar a aminorar el problema.
Y es que pensar que la despistolización por sí sola solucionará el problema de la inseguridad, no es cierto. Para lograrlo, hay que ‘atacar’ el origen del problema, sobre todo el de la falta de integración familiar y la carencia del fomento de valores sociales.
El programa sin embargo, es bueno. Lo malo, es que para el caso de Acámbaro, la Alcaldía que participa en la acción, sólo dispuso de 30 mil pesos. Habrá más recursos en la medida de la respuesta que ofrezca la población, pero es poco el recurso inicial. El hecho de esta marcada “austeridad” la genera la crisis económica que atraviesa la Presidencia Municipal con una deuda pública de más de 83 millones de pesos.
Por fortuna, el municipio de Acámbaro ingresó al Programa de Fortalecimiento para la Seguridad Pública (Fortaseg) y a nivel local, el sector recibe apoyo directo de la Tesorería. Pero con todo y ello, no es posible detener la ola de violencia que hay en la ciudad.
Se requiere, eso sí, de contar con cuerpos de policía mejor preparados, especialmente con elementos que sean leales a la patria y no a personas o a grupos de la delincuencia. El resultado a lograrse para pacificar la ciudad es mayúsculo. Lo bueno, es que por algo se empieza. Lo peor, es no hacer nada.
*.- “7 Días”, el ABC de la Semana,
Grupo de Comunicación y Análisis Político.