En la mayor parte del mundo el término “la cuesta de enero” se emplea para describir un período que comienza precisamente con el año, en enero, donde se resienten los gastos acumulados durante las festividades de fin de año. Este periodo se caracteriza por experimentar una serie de incrementos en los precios de productos, especialmente los esenciales, lo que reduce significativamente el poder adquisitivo de las familias y se convierte en una preocupación común.
Miguel Ángel Díaz Carreño, doctor en Ciencias con Especialidad en Economía, dice que la duración de la llamada cuesta de enero cada año es muy incierta. Por ejemplo, en 2021 y 2022, cuando se experimentó una inflación atípica, la cuesta de enero prácticamente duró todo el año, aunado a que, a veces los aumentos de precios se mantienen, con lo que el daño a la economía de las familias “es permanente”.
A pesar de que las familias con ingresos más bajos experimentan un impacto más pronunciado durante la cuesta de enero, se advierte que, de hecho, afecta a toda la población. “A ciertas familias les afecta más, a algunas menos, pero creo que ninguno nos salvamos, ni siquiera quienes tienen un nivel de vida alto. Pero el problema grave es para las personas que ganan el salario mínimo, en esos casos, sí es una situación extrema”, detalló Díaz Carreño.
En este contexto, el sitio de internet jw.org, a través de diversos artículos, ofrece consejos prácticos que pueden ayudar a las familias a hacer frente a estas y otras problemáticas. Uno de ellos es el artículo titulado “Cómo vivir con menos”, que contiene los siguientes consejos básicos:
“Adáptese y sea positivo”. En Filipenses 4:12 la Biblia afirma: “He aprendido el secreto […] de tener mucho y de no tener nada”. Cuando una persona o una familia ve disminuidos sus ingresos o su poder adquisitivo, es fundamental aprender a adaptarse a su nueva situación económica. “Acepte cuanto antes su nueva realidad y empiece a hacer cambios. Así, usted y su familia podrán hacer frente a estas nuevas circunstancias”.
Otra medida práctica es “Conversar del asunto en familia”. Un proverbio bíblico dice: “Cuando no hay comunicación, los planes fracasan, pero con muchos consejeros se consiguen buenos resultados”. Hablar de la situación con la familia “ayudará a entender lo que está pasando y apoyar los cambios que decidan hacer. Si toda la familia se esfuerza por ahorrar y no gastar de más, el dinero les rendirá más”.
Denise Chambers dice en su libro Budgeting (2012, Emereo Publishing) sobre la elaboración de un presupuesto: “Todos los miembros de la familia deben participar en su planificación para que se sientan comprometidos”.
La Biblia contiene el siguiente consejo: “…que se aseguren de qué cosas son las más importantes…” (Filipenses 1:10). Muchas familias han seguido este consejo y comparan su lista de ingresos con la de gastos, y determinar los ajustes que puede hacer para no gastar más de lo que ganan.
“Estas sugerencias están en línea con lo que aconsejan varios expertos en finanzas personales, y resulta asombroso que la Biblia, un libro tan antiguo, pueda ser una fuente de ideas prácticas para este asunto”, compartió Isaí Sánchez, portavoz de los Testigos de Jehová en Acámbaro.
Y agregó: “Los consejos bíblicos trascienden la barrera del tiempo y son aplicables a situaciones diversas, incluso en el ámbito económico. Hemos observado que estos consejos simples han sido de gran utilidad para muchas familias en Acámbaro, ayudándolas a sobrellevar los efectos de la crisis económica actual”.
Explicó que los testigos de Jehová realizan una obra de divulgación de artículos sobre esta y otras temáticas a través de su sitio jw.org Estos pueden leerse en línea y descargarse gratuitamente, además de que no hace falta registrarse ni brindar datos personales para ello.
Es deseable que se prevea la cuesta de enero, con menos gastos en diciembre
Se busca que el presupuesto familiar ‘alcance’ para los gastos de todo el año siguiente