Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas, Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadano”.
Casi se cumplen 15 años del comienzo de una de las huelgas más prolongadas en la historia reciente del país. Se trata de la que mantienen los trabajadores de la mina de Cananea desde julio de 2007 como respuesta a las violaciones del contrato colectivo de trabajo por parte del grupo México, propiedad de Germán Larrea, el cual la adquirió a un precio muy bajo en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari en un ambiente de las privatizaciones propias de ese momento y bajo un operativo militar para aplacar, como suele suceder en estos casos, el descontento de los trabajadores.
Los hechos son solo un tramo de resistencia y lucha obrera que inició en 1906 con el alzamiento en contra de la entonces propietaria de la mina, la Cananea Consolidated Copper Company, y la sangrienta represión por parte de sicarios de Estados Unidos y tropas regulares de ese país, en un acto que contó con la vergonzosa colaboración del gobierno de Porfirio Díaz.
Bajo el gobierno de Calderón (2007), se produjo la huelga sucedida por tres años de resistencia y la persecución política del dirigente minero, el actual senador Napoleón Gómez Urrutia.
En lugar de resolver el problema con el diálogo necesario, las autoridades desalojaron a los mineros con grupos militares; el secretario del Trabajo de Felipe Calderón, Javier Lozano, organizó con Larrea un sindicato “blanco” con el cual la mina, cuyo yacimiento es uno de los más grandes del mundo, continúa explotada hasta el día de hoy. El actual gobierno ahora está buscando por medio de la Secretaría de Gobernación, alentar una solución negociada para ese conflicto: “le voy a pedir al secretario de gobernación que hable con los dos, pues es un asunto de trabajadores”. Sobre el conflicto subrayó que “se va a terminar de conciliar a todos en Cananea”.
Al cerrarse las puertas de la justicia, el sindicato nacional y los miembros de la sección 65 acudieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a pedir su apoyo ante la injusticia que Larrea y el gobierno de Felipe Calderón habían hecho.
El 4 de mayo del 2021, la Comisión informó tanto al sindicato minero como al gobierno de México que la petición había sido admitida. La Comisión llamó a ambos a un diálogo amistoso del 19 de agosto al 19 de septiembre del 2021. No contestó nadie de la Administración Federal.
Dos meses después el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, y la Secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde, organizaron un evento sobre Cananea. Fue invitado el mandatario Andrés Manuel López Obrador, pero ni los trabajadores mineros de Cananea ni sus familiares ni sus representantes sindicales locales y nacionales fueron invitados. De cualquier manera, parece hoy positivo que el actual gobierno haya buscado por medio de la Secretaría de Gobernación alentar una solución negociada para el viejo conflicto. Conociendo el historial de este conflicto, es preciso que las autoridades deben mantener un mensaje de firmeza y legalidad ante el empecinamiento del Grupo México en sostener una actitud violatoria de las leyes laborales, nacionales y convenios internacionales.
Sería negativo para la 4T que quien contó con el apoyo de los trabajadores de las minas, ahora se llegue al 15 aniversario sin una solución justa. De no llegar a esta solución, contaría en la historia con un agravio día tras día a un gremio fundamental en la conformación del México contemporáneo.
La mina de Cananea es una continua noticia para el país
Los trabajadores de la mina piden respeto a los derechos laborales