Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas,
Colaborador del Periódico Digital “El Ciudadanbo”.
Podemos señalar algunas características sobresalientes de la muy esperada jordana electoral: se desarrolló con una alta participación ciudadana que se puede explicar en parte por la polarización y crispación política previa que motivaron a los partidarios de cada opción a defender en la votación sus causas. Según el Instituto Nacional Electoral (INE), se situó entre 51.7 y 52.5 por ciento, una cifra alta para los comicios de un medio periodo.
Los actos de violencia política, que no faltaron, fueron muy focalizados y podemos decir que en un momento se esperaba; pero afortunadamente se quedó en la atmósfera.
El ejercicio democrático del 6 de junio fue pacifico, civilizado, concurrido y debemos congratularnos. En una primera lectura, en general, según algunas valoraciones se creía que Morena y aliados conseguirían un porcentaje similar al de 2018 que esperaban y necesitaban, pero no se dio tal. PRI, PAN y PRD también tenían seguridad de lograr sufragios por encima de la pasada elección general (2018).
Un dato presente en las mediciones parciales es el crecimiento del Partido Verde, que se sumó a la coalición gobernante y del Movimiento Ciudadano que decidió concurrir en solitario a estos comicios y en el legislativo podría llegar a desempeñar el papel de fiel de la balanza, respecto a reformas constitucionales. Si las tendencias referidas son confirmadas por los resultados definitivos, estas elecciones arrojaran lecciones importantes.
Profundizando el análisis, diremos que es el momento de asumir responsabilidades y repensar el desarrollo y democratización de la nación.
Haciendo balance: el partido del presidente triunfó en 11 de las 15 gubernaturas en juego, por el apoyo de la mayor parte de las entidades del país. Conserva con sus aliados la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, pero no la calificada que es necesaria para las reformas constitucionales. Claro, el asunto no es solamente numérico sino programático.
La mayoría absoluta ahora dependerá de la negociación con el Partido Verde (43 diputados) y del PRI (posiblemente 77 por ciento de su bancada). Pero ahora la decisión queda en manos del mercado político y no en las decisiones, en las preferencias de la sociedad, cosa que no es lo mismo. Para muchos que se vieron desencantados con algunas prácticas del presidente, los votos emitidos fueron del descontento, no de la adhesión y ahora se requiere necesariamente el diálogo donde la ciudadanía bien organizada y consiente determine el rumbo del país.
Hay sectores de izquierda social y progresistas desconformes con el tratamiento que el presidente ha dado a los derechos humanos y sus instituciones. Al movimiento feminista con sus demandas, al manejo de la pandemia que ha dejado muchos trabajadores y trabajadoras sin ingresos; a la política social que no ha sabido superar, que no ha salido de un asistencialismo sin futuro; a la burocracia que también perdió sus empleos: a todos aquellos activistas injustamente tratados en los ataques a la sociedad civil, y muchos otros y otras que en 2018 podrían dar fe del porqué ganó AMLO las elecciones y hoy pueden explicar su cambio.
Existen asuntos que requieren prioridad por su misma importancia y urgencia. Dejarlos sin tocar es volver atrás. Habrá que discutirlos entre gobierno, oposición y sociedad:
1.- La estrategia para superar los efectos múltiples de la pandemia. Entonces habrá que repensar la política económica y social. La autoridad o las transferencias no pueden ignorar un asunto de fondo, la urgente reforma fiscal.
2.- La atención urgente a la inseguridad con un enfoque de seguridad ciudadana que requiere el respecto a los derechos humanos y el control social sobre las fuerzas armadas. La búsqueda de las personas desaparecidas, el alto inmediato a la trata de personas deben ser de necesidad inmediata.
3.- Continuar el camino de la democratización de la nación.
Lo que se requiere superar es pasar de una democracia delegativa a una participativa ciudadana, por lo que urge volver a pensar el régimen político de México.
AMLO ganó la mayoría en la Cámara de Diputados y las Gubernaturas en disputa
El PRI y el Partido Verde serían dos fuerzas de negociación política para Morena