Gerardo Argueta Saucedo,
Cronista del municipio de Acámbaro, Gto.
Los acambarenses celebramos cada 22 de octubre, el nombramiento de don Miguel Hidalgo y Costilla como “Generalísimo de América” y la Constitución del Ejército Insurgente Libertador. En este último caso, conforme a un Decreto Presidencial de octubre del 2007.
El acontecimiento de Acámbaro se celebra regionalmente desde 1966, gracias al apoyo de los Ayuntamientos en turno; a la organización que lleva a cabo el Comité Cívico y Cultural “Generalísimo Miguel Hidalgo y Costilla” y a la participación de instituciones educativas, pero sobre todo al respaldo del Ejército Mexicano que siempre acude a una ceremonia y a un desfile que enmarcan la fecha histórica. En el 2020 y debido a la pandemia mundial del coronavirus, la fecha se celebró con un sencillo acto cívico para recordar lo que sucedió en Acámbaro el 22 de octubre de 1810.
Todo comenzó el 7 de octubre de ese año con una pequeña Batalla registrada entre las comunidades rurales de Jaripeo y El Moral. Doña María Catalina Gómez de Larrondo, una rica hacendada de Acámbaro que apoyó la causa libertaria del Cura don Miguel Hidalgo y Costilla, logró capturar a una Comitiva de Autoridades Realistas que provenían de la Ciudad de México con rumbo a Valladolid, hoy Morelia.
Los Realistas salieron de la Ciudad de México el 3 de octubre y el día 6, doña Catalina Gómez se enteró de su paso por la localidad acambarense. El 7, con el apoyo de un grupo de hombres de su Hacienda de la comunidad de “San Antonio” -que encabezó el Torero José Manuel Luna-, salió al encuentro de la Comitiva, entre los que figuraban el Intendente de Michoacán, Manuel Merino y Moreno; Diego García Conde, Comandante de Armas de la misma Provincia, y Diego Rul, Conde de la Casa Rul de Guanajuato capital. Una vez detenidos los españoles, la valiente mujer dirigió ese mismo día una Carta para informar de lo sucedido al Cura Hidalgo que estaba en Guanajuato.
Con base en ese mensaje, Hidalgo consideró conveniente modificar el trazo original de la Ruta por la Independencia y ya no lo hizo de Guanajuato hacia la Ciudad de México por Querétaro, sino que prefirió seguir por Acámbaro-Valladolid-Acámbaro-Ciudad de México. Valladolid estaba sin protección militar.
Es así como el 13 de octubre de 1810, el Cura Hidalgo llegó a Acámbaro y preparó la Toma de Valladolid. Salió el día 15 y ocupó pacíficamente la plaza michoacana. El 19 salió de Valladolid con rumbo a Acámbaro y en el trayecto, en Charo e Indaparapeo, se entrevistó con don José María Morelos y Pavón a quien comisionó para insurreccionar el sur de la Nueva España.
A Acámbaro, Hidalgo llegó el día 21 y el 22, en la plaza principal, fue nombrado “Generalísimo de América” por la Oficialidad del Ejército Insurgente, reunida en Consejo Militar.
En esta misma fecha, se nombró a Ignacio Allende como Capitán General; a Juan Aldama, Mariano Jiménez, Juan José Díaz, Mariano Balleza y Joaquín Arias como Tenientes; Mariano Abasolo, Joaquín de Ocón, José María Arancivia, José Antonio Martínez, Ignacio Camargo, Antonio Aldama e Ignacio Martínez, Mariscales de Campo. Mariano Hidalgo y Costilla, hermano del Cura de Dolores, recibió el nombramiento de Tesorero del Ejército Insurgente. Juan Bautista Carrasco y Onofre Portugal el grado de Brigadier y más de 80 personas el de Coronel. Quedaron integrados entonces 80 Regimientos con mil hombres cada uno.
En la parte civil del Ejército Insurgente, se nombró al abogado José María Chico como Ministro de Policía y Buen Gobierno, un cargo que hoy sería equivalente al de Secretario de Gobernación. Así, se hizo una separación entre lo militar y lo civil, a la vez de que Hidalgo concentró también el mando político y religioso. Esta condición hizo que el notable Insurgente surgiera como un Cura Generalísimo, único en su tipo a nivel mundial.
La reorganización del Ejército Insurgente dio por lo tanto un sentido histórico a la formación institucional del actual Ejército Mexicano y el propio Hidalgo usó por vez primera un uniforme militar. Un día después, el 23, el Cura Generalísimo salió de Acámbaro con rumbo a la Ciudad de México, no sin declarar a la localidad como “Cuartel General” del “Ejército Grande de América” y emitir un comunicado insurgente en donde explicó a la población de la Intendencia de Santa Fe de Guanajuato, lo ocurrido el día 22.
Quien había iniciado el movimiento armado el 16 de septiembre de 1810 en Dolores, Guanajuato, no ingresó finalmente a la Ciudad de México por razones que sólo él conoció, en un momento en que todo estaba listo para ocuparla y declarar, tal vez, la Independencia Nacional. No obstante, en apenas 45 días, Hidalgo sentó las bases del “principio del fin” del régimen virreinal.
Posteriormente, en medio de la Guerra, las difíciles condiciones no permitieron reintentar la toma de la Capital de la Nueva España e Hidalgo debió ir hacia el norte del país en busca de apoyo del Gobierno de los Estados Unidos de América y el 21 de marzo de 1811 en Acatita de Baján, fue capturado y trasladado a Chihuahua. En esa localidad, el 30 de julio, murió fusilado.
Toda la acción de Hidalgo, a partir del 7 de octubre de 1810, está enmarcada por la intervención oportuna de doña María Catalina Gómez de Larrondo. De otra forma, el Cura Generalísimo no habría fortalecido su presencia insurgente en el bajío.
Catalina Gómez por su parte, fue capturada por el Brigadier José de la Cruz, quien en el mes de diciembre de 1810 recuperó la plaza de Acámbaro para los Realistas y la trasladó a la Ciudad de México.
La heroina acambarense estuvo prisionera hasta el fin de la Guerra por la Independencia y fue liberaba gracias a la intervención de Diego García Conde, a quien apresó entre Jaripeo y El Moral y quien narró en un Diario todo lo ocurrido durante su captura y liberación entre el 7 de octubre y el 7 de noviembre de 1810 tras la Batalla de Aculco. Catalina Gómez salvó a Diego García Conde de ser linchado y en retribución, el español decidió interceder ante el Gobierno Virreinal para que la dejaran en libertad. La heroína regresó a Acámbaro posterior a 1821, en donde vivió modestamente y retirada de la vida pública. Sus bienes familiares fueron confiscados por órdenes de la Corona española.
Es así como Catalina Gómez de Larrondo, los hombres de su Hacienda de “San Antonio” y don Miguel Hidalgo, como lo consigna la historia, escribieron una página gloriosa en el bajío y su legado de patria y libertad es recordado con respeto y admiración por las generaciones de mexicanos del siglo XXI.
Gracias a todo ello, Acámbaro es hoy con orgullo, el lugar de la Proclamación de Hidalgo como “Generalísimo de América”.
A 54 años de celebrarse local y regionalmente el evento cívico desde 1966, los acambarenses recuerdan uno de8 los grandes episodios patrios que los distinguen en la historia regional. ¡Felicidades!.
*.- Del libro:
Argueta Saucedo, Gerardo**; “Acámbaro en la Guerra por la Independencia Nacional: 1810-1821”; Ed. Puente de Piedra, Abril de 2014; Acámbaro, Gto., p. 17 a 68 (pp. 137)
**.- Cronista del Municipio de Acámbaro y Presidente de la Asociación de Cronistas del Estado de Guanajuato, A. C.
Hidalgo fue nombrado Generalisimo en Acámbaro
Catalina Gómez apoyo la causa insurgente del Cura Generalísimo
Hidalgo vistió un uniforme militar el 22 de octubre de 1810