23 y 26 de Julio, Incorporados

Pbro. Rigoberto Beltrán Vargas,

Colaborador del Periódico “El Ciudadano”…

 El Cardenal Jaime Ortega, persona clave en el restablecimiento histórico de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos hace cuatro años, rotas en 1961, falleció el viernes 26 de Julio pasado en La Habana a los 82 años a consecuencia de un cáncer.

Tuve el gusto de conocerle, junto con una representación del “Observatorio Acambarense de Derechos Humanos Fray Raúl Vera López”, en el Salvador, país de Centroamérica.

El Papa Francisco le llamó en mayo del 2014 para propiciar un acercamiento entre Raúl Castro y Barak Obama que contribuyera a poner fin a medio siglo de diferendo entre La Habana y Washington.

Ordenado Cardenal por el Papa Juan Pablo II en circunstancias críticas en las relaciones diplomáticas entre la jerarquía de la Iglesia Católica y el gobierno de Fidel Castro, logró que Karol Wojtyla  pudiera realizar su sorpresivo viaje a Cuba en 1998 y también fue aliado facilitador que permitió la salida de la cárcel en 2010 de cerca de un centenar de disidentes y opositores cubanos, la mayoría de los cuales viajaron a España por acuerdos de los gobiernos de Raúl Castro y Rodríguez Zapatero. Penosamente ahora la administración de Trump se ha encargado de desarticular.

En otro aspecto. “No se trata solo de migrantes, se trata de nuestra humanidad”. Con esta cita del Papa Francisco, inicia el mensaje del Episcopado Mexicano a través de la Dimensión de la Movilidad Humana entregado a la Iglesia de México el día 23 de Julio pasado. Afirma que el migrante no es un objeto que utilizo, rebajo o ignoro su dignidad de persona. Y con énfasis señala: “Hemos externado nuestra preocupación por la falta de acogida verdaderamente humanitaria a nuestros hermanos migrantes, que refleje nuestras convicciones en materia de reconocimiento y protección de los derechos de todos los seres  humanos por igual” … “tristemente, continúa, constatamos que esta dignidad como personas e hijos de Dios está siendo vulnerada, pues ha sido cambiada por un plato de lentejas”.

La afirmación en si es muy expresiva. Y continúa el texto enfático: “México sin una política migratoria efectiva se ha sometido a los criterios e imposiciones del gobierno norteamericano, aceptando la incoherencia de unir negocios con el derecho y la necesidad de migrar buscando la oportunidad de una vida mejor”.

Después de todo: para la Iglesia Latinoamericana y del Caribe, sigue prendida la vela; para este nuestro México querido, ¡pues no que ahora sí! ¿Qué pasó?.

 

Cardenal Jaime Ortega, enlace entre Cuba y EEUU

Los migrantes del mundo tienen derecho a una vida digna